Psicólogos explican que pasar por una crisis existencial es inevitable en nuestras vidas y en ocasiones, está puede estar relacionada al trabajo, resultando más compleja.
Comentan que no pasa por una cuestión de realización personal, sino por anteponer el trabajo a todo y colocarlo como el centro de nuestra identidad. Advierten que el problema de ello no es profesional, sino personal, y ocurre al confundir tales categorías.
Las psicólogas Bianca Tomasi y Anna Caprioli describieron que una persona puede entender cada crisis existencial como «un momento de cambios que marcan diferentes etapas de la vida, a consecuencia de transformaciones en la propia persona o de una circunstancia externa (la pérdida de una persona, un cambio de trabajo, la pandemia o la guerra)».
«Se trata de situaciones que producen incertidumbre y ansiedad, pero también dan oportunidades, ya que nos obligan a replantearnos temas vitales», explicaron.
CUESTIÓN GENERACIONAL
Caprioli y Tomasi percibieron factores generacionales detallados que pueden actuar como detonantes de las crisis existenciales.
«Los millennials y, sobre todo, la generación Z plantean un verdadero cuestionamiento de cuáles fueron los valores fundacionales del mundo laboral en el pasado. Sin embargo, el trabajo ya no representa el único elemento de realización personal, frente a un mercado laboral cada vez más exigente desde el punto de vista del desempeño», comentaron.
Las expertas dijeron que a ello se le suma un «creciente conocimiento de nuestros gustos, cómo divertirnos, nuestras debilidades, y aún más importante: cómo ser felices en lo cotidiano».
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Asimismo, advierten que aunque nada es más cotidiano que trabajar el tercio de nuestro día, los puestos de trabajo «no están exentos de crisis».
«El panorama laboral actual es muy diferente al que han vivido generaciones anteriores. Muchos jóvenes reportan incertidumbre sobre futuras oportunidades de empleo y la posibilidad de lograr un buen equilibrio entre el trabajo y la vida. No es raro que el mundo del trabajo se perciba como amenazante, de difícil acceso e inestable», complementaron.
SEÑALES DE UNA CRISIS EXISTENCIAL
Las psicólogas aseguran que perder la confianza en el sistema de trabajo «puede conducir a la desilusión (que puede llevar a la depresión) sobre la vida y el futuro».
«En estos casos, la persona percibe una sensación de ineficacia y corre el riesgo de caer en la inmovilidad y el aislamiento. Otro síntoma ciertamente asociado a las exigencias performativas del ámbito laboral es la ansiedad, especialmente en entornos percibidos como alejados de sus valores, con ritmos y plazos apremiantes y con muchas responsabilidades. En algunos casos, esto puede conducir a un agotamiento total», detallaron.
¿CÓMO SE SUPERA?
Business Vogue reseña que cada crisis impulsa a un cambio y a veces es conveniente no resistirse. Ante este escenario, Tomasi y Caprioli aseveraron que cuestionar el sistema laboral «permite repensar su estructura general y reconstruirlo de una manera más sana y satisfactoria».
«A nivel individual, cada uno de nosotros tiene la oportunidad en este momento histórico de repensar y reevaluar sus prioridades, de elegir y construir una realidad de trabajo acorde con sus expectativas y metas. Dudar de un sistema de trabajo preestablecido abre la posibilidad de reinventar una nueva forma personal de vivir el mundo del trabajo», acotaron.
¿QUÉ NOS DEJA ESTA EXPERIENCIA?
Las dos profesionales reiteran que los síntomas (ansiedad, depresión, entre otros) no son «problemas a eliminar». Para ellas, tales señales son campanas de alarma que, si se escuchan, «pueden actuar como palancas para que el individuo inicie un diálogo consigo mismo».
«En este sentido, una crisis (individual o social) puede ser una experiencia de autorrevelación, que nos permita reconstruir una realidad privada y laboral más estable y más serena. De ahí la importancia de plantarle cara para poder superarla», finalizaron.