En el techo de su casa, que ahora es un campo de escombros y lodo, un niño está pateando una pelota. Una mujer, cuya abuela había enterrado con un tío el día anterior, intenta rescatar objetos de su casa. Estas historias se repiten en decenas de calles en Las Tejerías, donde la tragedia dejó al menos 43 muertos y 56 desaparecidos.
A medida que pasan las horas, cada vez hay menos posibilidades de encontrar sobrevivientes. Sin embargo, los equipos de rescate han intensificado la búsqueda de las 56 personas.
Un total de 3.000 efectivos militares y de Protección Civil participan en las operaciones.
Los vecinos se involucran cavando en el lodo ya denso y entre las ramas de los árboles.
Un cuaderno con varias fotos familiares pegadas en su interior está rodeado de suciedad, manojos de ramas secas y otros desechos. También se incluyen una muñeca Barbie, un animal de peluche y una sandalia. En esta localidad de 50.000 habitantes, el escenario se recrea en todo, desde cartas, poesía, invitaciones de cumpleaños y artículos personales hasta televisores, refrigeradores y muebles.
Mientras que Erika Carrillo intenta recuperar lo que quedó en la casa de su abuela, de 79 años, que murió ahogada junto a un tío de 50.
“Perdí a mi abuela y a mi tío. Nosotros mismos los rescatamos a las cinco de la mañana, los encontramos a los dos juntos, los sacamos y los enterramos ayer, se quedaron hundidos, murieron ahogados”, dijo a la Voz de América la mujer de 31 años.
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«Y ahorita tratando de rescatar unas cosas”, agregó mientras cargaba objetos entre el lodo.
Por otra parte, no ha sido restablecido el servicio eléctrico, las comunicaciones son complicadas, y el tránsito vehicular está restringido.
Eustacio Rojas, de 72 años, pidió ayuda a la administración de Maduro después de perder la casa dónde vivía con su hija y tres nietas: “Háganlo por los niños”.
“Lo único que le pedimos al gobierno es que nos reubique, nos quedamos sin casa”, asentó.
