Una familia francesa que recorre el mundo desde 2019 quedó varada desde hace dos días en el punto fronterizo de Tienditas, debido a retrasos en la autorización del permiso aduanal necesario para ingresar su casa rodante a Venezuela.
De acuerdo con los viajeros, autoridades de Migración ya sellaron sus pasaportes. Sin embargo, hasta el momento siguen esperando la autorización por parte del Seniat.
Julien Girault (42) y Marie Povie (46), están acompañados por sus tres hijos de 8, 12 y 16 años, y habían ingresado semanas atrás a Venezuela por la frontera de Paraguachón. Tras recorrer gran parte del país, salieron por el puente internacional Atanasio Girardot hacia Colombia. No obstante, ahora intentan volver para continuar su travesía por Venezuela, país que aseguran haberles robado el corazón.
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“Este miércoles volvimos por Tienditas, solicitamos prórroga de 90 días y Migración Venezuela nos la aprobó, y nos sellaron los pasaportes, pero al momento de solicitar otra vez el permiso de turismo para la casa móvil (vehículo), presentamos retraso”, relató Girault desde la frontera según La Nación.
Girault destacó que en su primera entrada por Paraguachón, en el estado Zulia, el trámite con la casa rodante no demoró más de 30 minutos. “Se trata del mismo país, no lo entendemos”, expresó al comparar la agilidad del trámite previo con el retraso actual.
SEIS AÑOS RECORRIENDO EL MUNDO
En este sentido, destacó que su intención es atravesar Venezuela en su casa rodante hasta Brasil. Posteriormente, quiere ir a Guayana, antes de nuevamente volver a Brasil y seguir bajando con dirección a Bolivia y finalmente Argentina donde piensan quedarse a vivir.
La familia salió de Francia en noviembre de 2019, y desde entonces ha recorrido múltiples países a bordo de su vehículo acondicionado como hogar. Venezuela, aseguran, ha sido una de las experiencias más enriquecedoras.
“Nos encanta Venezuela. Estamos enamorados del país”, subrayó Girault. Su esposa Marie, agregó: “El viaje es muy bueno. Nos ha permitido conocer nuevas culturas, pero lo más impresionante es conocer a la gente. Los más amigables son los de Venezuela”.
Lo peor del caso, es que cada vez tienen menos tiempo para disfrutar de Venezuela. “Ya Migración nos selló y los días están contando”, lamenta Marie.