La devaluación del bolívar frente al dólar no se detiene y en apenas los dos primeros meses del año 2023 se ubicó en 38,08%, esto de acuerdo a la tasa de cambio oficial emitida por el Banco Central de Venezuela (BCV).
Por esta razón, los alicaídos bolsillos de los venezolanos siguen disminuyendo su poder adquisitivo, debido a la galopante inflación y un salario mínimo congelado desde hace casi un año, que actualmente apenas supera los 7 dólares al cambio.
Esta inacción del Gobierno de Maduro contrasta a los ingresos percibidos en materia de impuestos y trámites administrativos, los cuales están anclados al petro, cuya cotización actual supera los 11 salarios mínimos.
«LA DEVOLUCIÓN DEL BOLÍVAR NO HA PARADO»
El economista José Guerra afirmó que desde el año pasado, cuando el bolívar perdió el 73% de su valor frente al dólar, «la devaluación del bolívar no ha parado».
Sin embargo, destacó que en febrero el BCV inyectó más dólares en las mesas de cambio para frenar, momentáneamente, esta depreciación.
«Especialmente fue muy fuerte, muy agresiva en enero, mientras que en el mes de febrero fue de un dígito. ¿Por qué? Porque el Banco Central intervino con mucha fuerza en el mercado para sofocar la tendencia a la depreciación del bolívar», dijo Guerra en una entrevista concedida a La Prensa de Táchira.
Sin embargo, destacó que esta estrategia no siempre le va a funcionar, sobretodo si la economía crece.
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También advirtió que una de las causas de esta violenta devaluación tiene que ver con la poca cantidad de bolívares circulantes.
«Cuando el dólar aumenta el bolívar cae, eso es la lógica y representa una pérdida del poder adquisitivo del bolívar. Y eso está relacionado con la falta de efectivo, digamos de billetes. Básicamente porque, las monedas, por ejemplo, ni vale la pena acuñarlas, ya que es demasiado caro, especialmente su transporte para la puesta en circulación es muy costoso», subrayó el economista.
«Para el Banco Central es muy difícil estar imprimiendo billetes cada momento, porque el papel cuesta, la tinta cuesta, las máquinas cuestan. Es decir, la materia prima cuesta. Un billete de calidad tiene un costo aproximado de 3 a 4 centavos de dólar. Cuando lo multiplicas por la cantidad de billetes, el gasto es enorme para un Banco Central que no tiene reservas», agregó.
IMPULSO DE LOS PAGOS DIGITALES
Guerra aseguró que esta es la razón que lleva al BCV a querer impulsar los pagos a través de las plataformas digitales. De allí incluso proviene el nombre con el que a la moneda venezolana le quitaron seis ceros en la última reconversión «bolívar digital».
«El gobierno se ha inclinado por la digitalización de los pagos. Pero no habrá billete, ni habrá moneda, ni habrá medio de pago viable, mientras la inflación siga en este nivel de 400 – 500 %, o niveles similares. El enemigo del billete, en cualquiera de sus denominaciones y su forma, justamente es la inflación», concluyó.
Mientras, los venezolanos siguen sufriendo los embates de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo. Esto, obviamente, ha reducido considerablemente el nivel de vida en el país.