«Un caimán me jala del brazo»: El aterrador momento que acabó con un tranquilo paseo en kayak

Luis Alfredo Ledezma
3 Min de Lectura
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Lo que comenzó como una tranquila excursión en kayak por el Tiger Creek Canal, en el condado de Polk, en Florida (EEUU), terminó en una escena de horror que parece sacada de una película de suspenso y con caimán de protagonista.  
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Lo que comenzó como una tranquila excursión en kayak por el Tiger Creek Canal, en el condado de Polk, en Florida (EEUU), terminó en una escena de horror que parece sacada de una película de suspenso y con un caimán de protagonista.  

De acuerdo con lo reseñado por Wesh 2, el pasado 3 de marzo, Christiane Salvador navegaba junto a su esposo cuando su embarcación volcó repentinamente por culpa de un caimán. 

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En medio del caos, emergió un caimán que la mordió y comenzó a arrastrarla hacia el fondo del agua. Su grito desesperado —“¡Un caimán me jala del brazo!”— fue el preludio de una lucha por la supervivencia que movilizó a testigos, rescatistas y autoridades. 

Phillip Salvador, su esposo, logró sujetarla por el torso e intentó subirla a su kayak, pero el brazo derecho de Christiane quedó sumergido.  

Fue entonces, cuando vio el hocico del caimán asomando con el codo de su esposa entre las fauces.  

Un momento más tarde, el caimán se soltó y Phillip pudo llevarla a la orilla, donde inició los primeros auxilios. 

A unos metros, otro kayakista, David Morse, escuchó el alboroto y se acercó para ayudar, sin saber que él también sería atacado.  

El reptil lo embistió, arrastró bajo el agua y solo logró liberarse tras meterle los dedos en los ojos y desabrocharse el chaleco salvavidas. 

La escena en la orilla era crítica. Christiane presentaba heridas en el antebrazo derecho, incluyendo perforaciones profundas. Mientras su esposo y Morse esperaban a los servicios de emergencia, un helicóptero de Aero Med localizó a la víctima desde el aire.  

Dos médicos descendieron para evacuarla en un aerodeslizador, mientras personal del Parque Estatal Lake Kissimmee y la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC) aseguraban la zona. 

Ya en el hospital regional de Osceola, los médicos confirmaron que, aunque las lesiones eran graves, no sería necesaria la amputación del brazo.  

Christiane deberá someterse a múltiples cirugías reconstructivas, fisioterapia prolongada y un tratamiento riguroso para evitar infecciones, un riesgo elevado en heridas abiertas provocadas por fauna salvaje en cuerpos de agua dulce. 

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