El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó este jueves, 6 de febrero, una orden ejecutiva para sancionar a la Corte Penal Internacional (CPI) debido a sus acciones contra Estados Unidos y sus aliados, como Israel.
La orden, que anunció un funcionario de la Casa Blanca, impone restricciones financieras y de visado a funcionarios de la CPI que colaboren en investigaciones contra ciudadanos estadounidenses o sus aliados.
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Esta medida se tomó después de que la CPI emitiera órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant. La misma se basó en presuntos crímenes de guerra en Gaza.
La orden ejecutiva de Trump también acusa a la CPI de crear una «vergonzosa equivalencia moral». Esto al emitir órdenes de arresto contra líderes israelíes y un comandante de Hamás al mismo tiempo.
Según una hoja informativa de la Casa Blanca, esta acción es vista como una amenaza a la soberanía de Estados Unidos. También a su política exterior.
En su primer mandato (2017-2021), Trump ya había impuesto sanciones contra la entonces fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, y uno de sus principales asesores debido a una investigación sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por tropas estadounidenses en Afganistán.
Esta nueva orden ejecutiva refuerza la postura del gobierno de Trump de que la CPI no tiene jurisdicción sobre Estados Unidos ni sus ciudadanos.
La medida ha sido bien recibida por algunos sectores que consideran que la CPI ha abusado de su poder, pero también ha generado críticas de aquellos que defienden la independencia y la integridad del tribunal internacional.