La educación en EEUU está experimentando una transformación sin precedentes con la integración de la inteligencia artificial (IA) en las aulas.
La reciente orden ejecutiva firmada por el presidente de EEUU, Donald Trump, establece un marco federal para incorporar la IA en la enseñanza K-12, con el objetivo de preparar a los estudiantes para una fuerza laboral impulsada por la tecnología.
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Este movimiento marca un cambio significativo en la política educativa del país. Esto, ya que tiene implicaciones que van desde la personalización del aprendizaje hasta la equidad en el acceso a la tecnología.
El secretario de personal de la Casa Blanca, Will Scharf, explicó que “la idea básica de esta orden ejecutiva es asegurar que entrenemos adecuadamente a la fuerza laboral del futuro». Igualmente «garantizar que los niños en edad escolar, los jóvenes estadounidenses, estén adecuadamente capacitados en herramientas de IA”.
La orden busca “mantener el dominio global de Estados Unidos en esta revolución tecnológica para las generaciones futuras”. También “desmitificar esta tecnología y preparar a los estudiantes estadounidenses para ser participantes confiados en la fuerza laboral asistida por IA”.
Uno de los pilares de esta iniciativa es la creación del Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre Educación en IA, encargado de supervisar la implementación de estas tecnologías en el sistema educativo.
La orden ejecutiva establece que la IA debe ser utilizada para mejorar la alfabetización digital, capacitar a los educadores y garantizar que los estudiantes tengan una exposición temprana a herramientas avanzadas.
Sin embargo, el desafío radica en equilibrar los beneficios de la IA con los riesgos de una posible brecha digital entre distritos con diferentes niveles de acceso a recursos tecnológicos.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN TEXAS
Ejemplos concretos de esta revolución educativa ya están en marcha. En Texas, la escuela privada Alpha School adoptó un modelo basado en IA. El mismo permite a los estudiantes completar materias básicas en solo dos horas diarias, optimizando el tiempo de aprendizaje y mejorando los resultados académicos.
Este enfoque personalizado demuestra el potencial de la IA para adaptar el contenido al ritmo de cada alumno, permitiendo un progreso «más eficiente y profundo».
