El presidente de EEUU, Donald Trump, visitó este martes, 1 de julio, el recién inaugurado centro de detención migratorio “Alligator Alcatraz”, ubicado en los pantanos de los Everglades (Florida), donde dijo que creará un registro para beneficiar su estancia legal en el país a un grupo de migrantes.
La propuesta, según explicó Trump, busca ofrecer un estatus temporal con garantías legales a los trabajadores agrícolas indocumentados, quienes representan cerca del 42 % de la fuerza laboral en ese sector.
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“No tendrán la ciudadanía, pero podrán estar en Estados Unidos legalmente con garantías”, afirmó el mandatario, acompañado por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
El plan incluiría modificaciones a las visas H-2, tanto las H-2A para agricultura como las H-2B para otros trabajos temporales.
Este anuncio marca un giro inesperado en la retórica migratoria de Trump, quien ha sido conocido por su enfoque de línea dura.
Sin embargo, la presión de empresarios agrícolas y hoteleros, que enfrentan una escasez crítica de mano de obra, parece haber influido en esta nueva estrategia. El presidente reconoció que deportar a trabajadores con 15 o 20 años de experiencia “destruye a los productores” y prometió que el nuevo sistema permitiría a los empleadores tener mayor control sobre sus contrataciones.
La elección del lugar para hacer este anuncio no fue casual. “Alligator Alcatraz”, una instalación rodeada de fauna salvaje y diseñada para disuadir intentos de fuga, se ha convertido en un símbolo del endurecimiento migratorio.
Trump lo describió como “el centro de detención más seguro del país”, mientras bromas sobre caimanes como “guardias naturales” circulaban entre los funcionarios de su administración presentes en el sitio.