Su paso por la Casa Blanca y el rol de madre: Las últimas revelaciones que hizo Michelle Obama

Luis Alfredo Ledezma
Por Luis Alfredo Ledezma 3 Min de Lectura
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En una reciente entrevista, Michelle Obama compartió detalles íntimos sobre su experiencia de criar a sus hijas, Sasha y Malia, mientras vivía en la Casa Blanca.  
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En una reciente entrevista, Michelle Obama compartió detalles íntimos sobre su experiencia de criar a sus hijas, Sasha y Malia, mientras vivían en la Casa Blanca.  

La exprimera dama enfatizó que, a pesar de las enormes responsabilidades y la atención pública que conlleva ser la esposa del presidente de los Estados Unidos, ser madre siempre fue su prioridad.  

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“Sabía desde el principio que, para mí, ser madre era lo más importante de todo”, afirmó Obama durante una entrevista con Oprah Daily. 

Esta convicción la llevó a estructurar su agenda como Primera Dama de manera que permitiera priorizar su tiempo con su familia. “Quise estar en casa tanto como fuera posible, cenar juntas, asistir a tantas actividades y conferencias escolares como pudiera y darles a las niñas una vida lo más normal posible”, explicó. 

Michelle insistió, que su papel como madre, fue lo más importante y que se esforzó por proporcionar a sus hijas una infancia lo más normal posible. 

En este sentido, durante los ocho años que la familia Obama vivió en la Casa Blanca, Michelle trabajó arduamente para asegurar que Sasha y Malia crecieran en un entorno amoroso y estable. 

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A pesar de las restricciones y la seguridad que implica vivir en la residencia presidencial, Michelle Obama se aseguró de que sus hijas tuvieran experiencias normales, como hacer tareas, jugar con sus amigos y participar en actividades extracurriculares.  

Hizo hincapié en la importancia de mantener una rutina y establecer límites, incluso en medio de la vida pública. 

«Ser madre era lo más importante», repitió, subrayando que su enfoque estaba en la crianza de Sasha y Malia, ayudándolas a navegar su adolescencia en un ambiente único y a veces abrumador. 

Aunque confesó que: “No logré asistir a todos los eventos escolares y constantemente me preocupaba que no estaba haciéndolo suficientemente bien como madre o en mis otras responsabilidades”.  

Sin embargo, dijo que uno de los aprendizajes más valiosos fue aceptar la imperfección y ser compasiva consigo misma. “Con el tiempo aprendí a darme un poco de gracia”, señaló.  

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