El asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Michael Waltz, admitió públicamente su responsabilidad en la filtración de información confidencial sobre planes de ataque en Yemen.
De acuerdo con medios locales, Waltz reconoció haber creado un grupo de mensajería en la aplicación Signal, donde altos funcionarios discutían detalles sensibles de las operaciones militares.
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Sin embargo, un periodista de la revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg, fue incluido accidentalmente en el chat. Esto, desató una tormenta política y cuestionamientos sobre la seguridad en las comunicaciones del gobierno.
La filtración, que ocurrió a principios de marzo, reveló información sobre los objetivos, el armamento y los horarios de los ataques contra los rebeldes hutíes en Yemen.
Según Waltz, el error fue «vergonzoso» y aseguró que se está investigando cómo ocurrió.
“Asumo plena responsabilidad. Yo creé el grupo. Es vergonzoso. Vamos a llegar al fondo del asunto”, sostuvo.
Aunque el asesor asumió la responsabilidad, también sugirió que el periodista podría haber sido agregado deliberadamente al grupo, aunque no presentó pruebas concretas para respaldar esta afirmación.
“Estamos reforzando nuestra postura. Tenemos a las mentes tecnológicas más brillantes analizando cómo ha sucedido esto”, señaló.
El incidente ha generado críticas hacia la administración de Donald Trump, especialmente en lo que respecta a la gestión de información clasificada.
Mientras algunos funcionarios defienden a Waltz, argumentando que el error no comprometió la seguridad nacional, otros señalan que la filtración podría haber tenido consecuencias catastróficas si hubiera llegado a manos de entidades hostiles.