En Ferguson, en Misuri (EEUU), Kcorree Warren denunció que su hijo menor había sido víctima de abuso sexual, iniciando un proceso judicial contra Lavor Harmon, acusado de múltiples cargos de violación y sodomía estatutaria, que lo llevó a la muerte.
La búsqueda de justicia para su hijo no fue sencilla: en mayo, Lavonda Harmon —hermana del acusado— intentó sobornar a Warren con 12.000 dólares para que abandonara el caso. Él se negó. Y dos meses después, fue asesinado a tiros frente a sus hijos, de acuerdo con la información citada de las autoridades por People.
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El crimen ocurrió el 8 de julio, cuando un hombre armado irrumpió en la vivienda de Warren y lo ejecutó. Testigos vieron un vehículo Kia blanco huir de la escena.
Horas más tarde, al presunto agresor lo encontraron muerto en San Luis. Además, el automóvil apareció incendiado cerca del lugar.
Como era de esperarse, la secuencia de los hechos dejó a la comunidad en estado de shock, mientras las autoridades intentan esclarecer la conexión entre los implicados.
En consecuencia, Lavonda Harmon fue arrestada por manipulación de testigos. Se reveló que tiene antecedentes penales en Georgia y una orden de arresto previa por no comparecer ante la justicia. Sin embargo, pagó una fianza de 100.000 dólares para quedar en libertad.
Por su parte, Lavor Harmon enfrenta una fianza de dos millones de dólares, luego de que los fiscales alertaran sobre el peligro que representa para la víctima y comunidad.
El fiscal del caso denunció que tanto el acusado como sus familiares han participado en actividades criminales para intimidar y silenciar a quienes buscan justicia.
En tanto, la policía de Ferguson, junto con otras agencias locales, continúa investigando el asesinato de Warren y los intentos de obstrucción judicial.
El sargento Ben Santoyo advirtió que los casos de manipulación de testigos se toman con extrema seriedad y pueden acarrear consecuencias penales adicionales.
