En una reciente investigación bipartidista se señaló que los múltiples errores cometidos por el Servicio Secreto durante el mitin político de Pensilvania y, que casi le cuesta la vida al expresidente de EEUU y candidato republicano para volver a la Casa Blanca, Donald Trump, eran «completamente evitables».
Como se sabe, este evento, que tuvo lugar en julio, resultó en un intento de asesinato contra el magnate.
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La investigación, llevada a cabo por el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado, destacó fallos significativos en la planificación, comunicación y seguridad que dejaron expuesto al exmandatario.
Uno de los errores más graves fue la falta de una cadena de mando clara entre el Servicio Secreto y otras agencias de seguridad.
Según el informe, no había un plan para cubrir el edificio desde donde el atacante disparó.
Además, los agentes operaban en varios canales de radio independientes, lo que provocó que se perdieran comunicaciones cruciales. Lo que se apuntó, es que esta descoordinación fue un factor clave que permitió al atacante acercarse lo suficiente para disparar.
El informe también señaló que aproximadamente dos minutos antes de los disparos, un policía local alertó sobre la presencia de una persona sospechosa en el tejado del edificio.
Sin embargo, esta información no se transmitió adecuadamente al personal del Servicio Secreto en el lugar. Como resultado, el atacante, identificado como Thomas Matthew Crooks, pudo efectuar ocho disparos, hiriendo a Trump en una oreja y causando la muerte de un asistente al mitin.
Las consecuencias de estos fallos fueron descritas como “nefastas” por el senador Gary Peters, presidente del comité. Subrayó que estos errores no solo pusieron en peligro la vida del expresidente, sino también la de más asistentes del evento.
Tras la investigación se instó revisar y mejorar los protocolos de seguridad del Servicio Secreto para evitar que incidentes similares ocurran en el futuro.
