Ernest Oliver, un joven de 22 años recluido en Rikers Island (EEUU), presentó una demanda federal tras vivir una pesadilla médica que lo dejó con secuelas irreversibles tras una erección incontrolable que le duró hasta cinco días.
Según la denuncia, Oliver sufrió una erección dolorosa e ininterrumpida durante cinco días —una condición conocida como priapismo isquémico— provocada por la combinación de antidepresivos que le fueron recetados en prisión.
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Los antidepresivos recetados fueron Trazodona y Risperidona. Lo que comenzó como un efecto secundario tratable terminó en una tragedia física y emocional, debido a la negligencia institucional, según la demanda.
Durante meses, Oliver había reportado episodios de erecciones matutinas incontrolables, una señal temprana de priapismo intermitente.
Sin embargo, el 28 de octubre de 2024, la situación se volvió crítica: la erección no cesó, el dolor se intensificó y su cuerpo comenzó a mostrar signos de daño tisular.
A pesar de sus múltiples solicitudes de atención médica, los oficiales de corrección ignoraron sus súplicas durante cinco días, hasta que finalmente fue trasladado a un hospital. Para entonces, el daño era irreversible: fibrosis corporal y esterilidad permanente.
La demanda, presentada en el Tribunal del Distrito Este de Nueva York, no solo acusa negligencia médica, sino también violaciones constitucionales y burla intencional por parte del personal penitenciario. Especialmente por dos custodios identificados como John y Jane Does 1-8.
Oliver alega que fue objeto de humillaciones mientras sufría, y que su dolor fue minimizado por quienes tenían el deber de proteger su salud.
El priapismo isquémico es una urgencia médica que requiere intervención en las primeras horas para evitar daños permanentes. La falta de respuesta oportuna no solo evidencia aparentemente una falla en el sistema penitenciario. También es ejemplo de una desconexión alarmante entre la salud mental y atención médica integral.
Medicamentos como la Trazodona, aunque útiles para tratar la depresión, pueden tener efectos secundarios severos si no se monitorean adecuadamente.
De hecho, el riesgo de combinar Trazodona y Risperidona no es un secreto para la comunidad médica.
En septiembre de 2023, The American Journal of Psychiatry publicó un estudio titulado “Trazodone-Induced Priapism and Increased Recurrence Risk With Antipsychotics”. En el mismo que se advierte que el uso simultáneo de ambos fármacos incrementa significativamente las probabilidades de desarrollar priapismo isquémico.