Los incendios en Los Ángeles (EEUU) han causado una devastación sin precedentes, con un saldo de al menos 24 muertes y miles de hogares destruidos.
A pesar de los esfuerzos de los bomberos, la situación sigue siendo crítica debido a los vientos intensos de Santa Ana que han reavivado las llamas en áreas previamente controladas.
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Es por ello, que las autoridades han emitido advertencias de bandera roja hasta el miércoles, con vientos sostenidos de hasta 113 km/h.
El incendio de Eaton ha sido uno de los más destructivos y solo se ha contenido en 33 % hasta ahora, mientras que el incendio de Palisades ha sido sometido en un 14 %.
Sin embargo, las condiciones climáticas adversas y la falta de lluvias significativas en más de ocho meses han complicado los esfuerzos de extinción.
Lo que se sabe, es que los bomberos han recibido apoyo adicional con la llegada de 70 camiones de agua y retardantes de fuego lanzados por aviones.
Las autoridades continúan trabajando arduamente para contener los incendios y rescatar a las personas atrapadas en las zonas afectadas. Hasta ahora, más de 105.000 residentes permanecen bajo órdenes de evacuación, y se han establecido refugios para aquellos que han perdido sus hogares.
Las búsquedas sistemáticas continúan para localizar a las personas desaparecidas, y se espera que el número de víctimas aumente a medida que pasen las horas o días.
El impacto económico de los incendios también es significativo, con daños estimados en 150 mil millones de dólares. Las compañías de seguros han enfrentado críticas por la cancelación de pólizas en áreas de alto riesgo, dejando a muchos propietarios sin cobertura adecuada para reconstruir sus hogares.
EN MANOS DE LA MADRE NATURALEZA
Lo que han explicado las autoridades, es que en el caso de los incendios —que afectan al condado Los Ángeles, incluidos los de Palisades y Eaton— el pronóstico del tiempo será clave para su futuro inmediato.
“Necesitamos que la madre naturaleza nos dé un respiro”, dijo el domingo a CNN el subdirector de Cal Fire, Brice Bennett. “Tenemos a los bomberos. Tenemos el agua. Necesitamos el tiempo”, sostuvo.
“El tiempo es un factor determinante en todo esto porque han estado en una situación crítica de incendio durante mucho tiempo”, dijo Joe Ten Eyck, coordinador de programas de incendios forestales e incendios urbanos de la Asociación Internacional de Bomberos.
“Están haciendo buenos progresos aquí, pero están volviendo a estar bajo alertas meteorológicas de incendios porque se supone que los vientos de Santa Ana volverán; no hay precipitaciones a la vista durante al menos los próximos 10 días, según todos los modelos meteorológicos”, advirtió.
Dada la situación anteriormente explicada, predecir el fin de los incendios forestales a corto plazo es casi imposible. Demasiados factores variables, como el terreno y trabajo de los bomberos, influyen en su evolución. Sin embargo, dos elementos destacan: el viento y la lluvia.