Un macabro hallazgo tuvo lugar el 12 de enero del año pasado, cuando un hombre se acercó a comprar un congelador usado en una casa de Colorado, luego de que el actual dueño pusiera en venta varios electrodomésticos que dejaron los antiguos propietarios de la vivienda.
Cuando el interesado por la nevera intentó subirla a su vehículo, notó que pesaba mucho. Fue allí cuando la abrió y realizó un aterrador descubrimiento: había una cabeza humana, cuyo olor a descomposición lo abrumó.
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Rápidamente, tras el hallazgo en el congelador, se puso en contacto con las autoridades para denunciar lo ocurrido.
Dicho caso no se dio a conocer hasta octubre pasado, pero nueva coge relevancia. En ese entonces, los investigadores revelaron la oscura verdad sobre la identidad de la víctima: se trataba de una adolescente de solo 16 años, de nombre Amanda Leariel. La última vez que la vieron fue en abril de 2005. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que su desaparición jamás se denunció.
Luego de que el hombre encontrara la cabeza en el congelador, vecinos ofrecieron su testimonio. Esto fue clave para reconstruir los hechos y comenzar a señalar sospechosos. Algunos dijeron que pareció extraño que los expropietarios de la casa se fueran de un día para otro, sin comentarlo con nadie.
LO QUE SUCEDIÓ CON LA ADOLESCENTE ES UN MISTERIO
Lo que le ocurrió a la joven de 16 años aún es un misterio. De acuerdo con TN, las autoridades no cerraron el caso y la investigación se mantiene. Pese a que no se han informado detalles de lo que sucedió, surgieron detalles que levantan sospechas sobre la madre de Amanda, de nombre Leanne Imer. También de su padrastro, Bradley Imer, ambos con un «extenso historial» de antecedentes.
Por una parte, Bradley murió en 2021 a raíz del coronavirus. Este hombre tenía una condena por delitos graves vinculados a drogas y armas.
Imer, por su lado, también acumula denuncias por estafas familiares. Registros judiciales de Texas revelaron que utilizó la firma de su tía para solicitar préstamos. Luego, transfirió de forma ilícita tierras de su padre a su nombre y al de su hija menor.
A Leanne también se le señaló por negligencia ante los Servicios de Protección Infantil en 2007, dos años después de la desaparición de Amanda. La denuncia describía condiciones deplorables en el hogar, mientras una hija menor vivía allí.
Para ese entonces, los restos de Amanda ya podrían haber estado en el congelador. Tal aparato estaba guardado en el garaje, donde casi dos décadas después se hallaron sus restos.
Las autoridades, igualmente, buscan a los posibles responsables. Una teoría es que los padres de la adolescente la asesinaron, descuartizaron y dispersaron sus restos en otra zona.
Todavía no se ha imputado a ninguna persona por el crimen.
