Una verdadera alertan por posible inestabilidad financiera, debido al uso del crédito para comprar alimentos, atraviesa EEUU.
«El ritmo de aumento de precios se está desacelerando, pero los hogares todavía pagan más por los alimentos que el año pasado», dijo Kassandra Martinchek, investigadora asociada principal del Urban Institute, de acuerdo con declaraciones citadas por Telemundo.
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«Eso podría significar que la gente tenga que depender de fuentes de liquidez distintas de sus ingresos para poder satisfacer sus necesidades más básicas, sus necesidades alimentarias», acotó.
Asimismo, según Martinchek, no son solo los más desfavorecidos económicamente los que enfrentan estos desafíos.
Lo que se sabe, es que los consumidores han estado lidiando con el aumento de los precios de los alimentos desde el 2021.
Alrededor del 70 % de todas las transacciones de comestibles se realizan a través de tarjetas de crédito o débito, según una investigación.
Esos métodos de pago conllevan riesgos, especialmente para los consumidores que no pueden liquidar el saldo en su totalidad.
En 2023, las tasas porcentuales anuales promedio de las tarjetas de crédito aumentaron al 22.8%, la tasa más alta registrada, según el Urban Institute
“Cuando tienes delante ese límite de crédito no utilizado, a veces parece un salvavidas”, dijo Bruce McClary, vicepresidente senior de la Fundación Nacional de Asesoramiento Crediticio.
«En algunas circunstancias, ese salvavidas es en realidad un bloque de cemento», explicó.
Según la misma fuente, el 33.4 % de los adultos que utilizaron una tarjeta de crédito para comprar alimentos pagaron los cargos en su totalidad. El 20 % de los adultos pagaron menos del saldo total, pero siempre pagaron el pago mínimo. En tanto, el 7.1 % no realizó los pagos mínimos.