El alcalde de Lancaster, en California (EEUU), Rex Parris, ha desatado una tormenta de críticas tras sugerir que se suministre fentanilo gratuito a los indigentes como una solución para abordar la crisis de personas sin hogar en su ciudad.
Durante una reunión del consejo municipal, Parris afirmó que esta medida podría ayudar a «erradicar» el problema, utilizando un lenguaje que muchos han calificado de insensible y deshumanizante.
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Sus declaraciones, captadas en video y ampliamente difundidas en redes sociales, han generado indignación tanto a nivel local como nacional.
En concreto, dijo que una posible solución para el problema de las personas sin hogar sería “darles fentanilo gratis, todo el que quieran”.
De acuerdo con Los Angeles Times, Parris hizo las declaraciones como respuesta a un residente. Este último expresó su oposición a la idea de congregar a las personas sin hogar en un campamento especial en la ciudad.
Parris defendió su propuesta argumentando que el suministro controlado de fentanilo podría reducir las muertes por sobredosis accidentales al evitar el consumo de drogas contaminadas.
Sin embargo, sus palabras, incluyendo frases como «necesitamos purgar a esta gente», han sido interpretadas como un intento de deshumanizar a una población vulnerable.
Pero el funcionario aclaró, que deseaba “una purga”, pero de elementos criminales en Lancaster.
“Dejé claro que me refería al elemento criminal que salió de las cárceles y que ahora comprende entre el 40 % y el 45 % de lo que se denomina población sin hogar”, expresó Parris a Fox LA.
Según el alcalde, estas personas son responsables “de la mayoría de los robos, violaciones y al menos la mitad de los asesinatos” en la ciudad. Pero, para mayor controversia, no presentó evidencia que respalde sus afirmaciones.
En tanto, organizaciones de derechos civiles y expertos en salud pública han señalado que esta retórica es peligrosa. También contraria a los principios éticos de salud comunitaria.
Lo cierto, es que la crisis de personas sin hogar en Lancaster ha alcanzado niveles alarmantes, con un aumento significativo en las muertes relacionadas con el consumo de opioides sintéticos como el fentanilo.
Aunque algunos defensores de la reducción de daños han considerado la propuesta como un enfoque radical para salvar vidas, la mayoría de las reacciones han sido de rechazo.
Críticos han señalado que la solución real requiere inversiones en vivienda, atención médica y programas de rehabilitación, no medidas extremas que perpetúen el estigma.