Aunque Jesús murió crucificado por los romanos, quienes usaban este instrumento como uno de sus elementos favoritos de tortura, el cristianismo en todo el mundo tomo a la cruz como su mayor símbolo, pero es importante destacar que esto no siempre fue de esta manera.
En los primeros siglos después de la muerte, y posterior resurrección, del mesías sus seguidores no se identifican con la cruz.
En las catacumbas romanas, donde celebraban sus servicios religiosos ocultos de la persecución religiosa, no se hallaron imágenes de cruces y las representaciones que se han encontrado de Jesús lo muestran vivo, repartiendo el pan en la última cena o ya resucitado, pero jamás agonizante o muerto en el madero.
Según Cayetana Johnson, arqueóloga de la Universidad Eclesiástica San Dámaso (España), los primeros cristianos no utilizaban la cruz como símbolo «por una mezcla de temor y vergüenza».
«Esta forma de ejecución era algo abominable y una auténtica vergüenza, por las formas en las que se hacía, porque había que desnudar completamente el cuerpo de los reos y una vez fallecidos se les lanzaba en una fosa común, pero también por el hecho de que quien la ejecutaba era un gobernante extranjero», precisó la especialista.
«La cruz era sinónimo de muerte rotunda», agregó Johnson, antes de recordar que esta práctica no solo consistía en clavar a una persona a un madero para que se desangrara y muriera asfixiado, un proceso que podía tomar horas o incluso días, sino que antes el reo era forzado a transportar el patibulum (travesaño superior) hasta el sitio de la ejecución.
«Para los romanos estaba claro que exhibir a los crucificados era la manera de decir a la población conquistada: no se rebelen, no se amotinen ni vayan contra el imperio», sentenció.
PRIMEROS CRISTIANOS HONRABAN AL «PESCADOR DE HOMBRES»
El primer símbolo del cristianismo fue la silueta de un pez, más específicamente dos arcos que se intersectan. Esto se lee en los escritos de San Agustín de Hipona y Tertuliano, dos de los padres de la Iglesia católica, según reseñó BBC Mundo.
Este símbolo representaba a Jesús en una de sus principales facetas, ya que sus discípulos practicaban la pesca y él los reclutó para qué lo ayudarán a «pescar hombres», que era la manera de llevarlos «por el camino de Dios».
EL NACIMIENTO DE LA IGLESIA CATÓLICA Y SU RELACIÓN CON EL IMPERIO ROMANO
En el siglo IV el emperador romano, Constantino I acabó con la persecución de los cristianos e hizo del cristianismo la única fe permitida en el entonces moribundo imperio.
«Se cuenta que cuando Constantino se alistaba para batallar contra su rival, Majencio, en el puente Milvio, a las afueras de Roma, vio una cruz en el cielo y escuchó una voz que decía: ‘Con esta señal, vencerás'», rememoró Joan Taylor, profesora emérita de orígenes del cristianismo de la Universidad Kings College London.
«El emperador, entonces, mandó pintar la cruz en los escudos de sus soldados y ganó la batalla. Y a partir de entonces, la utilizó militarmente y también como símbolo personal en sus monedas, y ordenó colocarla en lo alto de las iglesias», agregó la profesora.
No obstante, Cayetana Johnson afirmó que antes de la intervención imperial, los cristianos asumieron la cruz como parte de su simbología.
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«Padres de la Iglesia como San Justino Mártir en el siglo II comenzaron a reinterpretar a la cruz y aseguraban que representaba toda la ordenación de Dios en el cosmos, porque tiene cuatro direcciones, las cuales representan los puntos cardinales y los cuatro ríos que salen del Edén, según el libro del Génesis», apuntó Johnson.
«En el siglo III, Minucio Félix, que fue un romano converso al cristianismo, comentó que para los romanos los cristianos estaban locos, por venerar a alguien que había sido enjuiciado y condenado a la pena capital romana», agregó.
Esta versión la corroboró la profesora de Estudios Religiosos de la Universidad Holy Cross (Estados Unidos), Joanne Pierce, quien citó el caso del llamado grafiti de Alexámeno, una ilustración encontrada en un muro del monte Palatino (Roma), en la que se ve una figura crucificada con cabeza de burro.
«Pero para los cristianos, la cruz tenía un profundo significado. Entendían que con su muerte en la cruz, Cristo ‘completó’ su misión y que su resurrección, tres días después, fue la señal de su ‘victoria’ sobre el pecado y la muerte», agregó la experta.
De esta manera se adoptó a la cruz como el principal símbolo del cristianismo en todo el mundo.