El cambio climático ha provocado altas temperaturas en Europa, Asia y América, lo que ha potenciado fenómenos meteorológicos. Los científicos aclararon que este año hay una ola de calor, pero las razones son complejas.
Robert Rohde, del grupo estadounidense de monitoreo de la temperatura Berkeley Earth, subrayó que el calor no hará más que aumentar si la humanidad no toma medidas para reducir las emisiones de gases.
“Esto puede haber proporcionado algo de calor adicional al Atlántico Norte, aunque debido a que el evento de El Niño apenas está comenzando, es probable que esto sea solo una pequeña parte del efecto”, explicó Rohde.
Este grupo de investigadores calculó que hay un 81% de posibilidades de que este año sea el más caluroso desde que comenzaron los registros termométricos a mediados del siglo XIX.
REFLEJO DE LA LUZ SOLAR
Karsten Haustein, del Centro Federal de Servicios Climáticos de Alemania, indicó que también hubo un aumento del calor en el Atlántico. Esto se debe a la disminución de dos sustancias que reflejan la luz solar en el océano.
Expertos identificaron que el polvo que proviene del desierto del Sahara y los aerosoles de azufre del combustible de los barcos refleja la luz solar. Sin embargo, los vientos alisios y las restricciones de transporte marítimo, respectivamente, redujeron estas sustancias.
También el calentamiento de los océanos provoca olas de calor y sequías, dependiendo de la parte del globo. El climatólogo Richard Allan señaló que la atmósfera más caliente ha absorbido la humedad y la vierte en otras zonas.
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«Allí donde persisten zonas de altas presiones estancadas sobre los continentes, el aire se hunde y se calienta, derritiendo las nubes, provocando que el intenso sol del verano seque los suelos, calentando el suelo y el aire por encima», Allan.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sostuvo que el cambio climático ha provocado más olas de calor. Sostuvo que “son más frecuentes y más intensas en la mayoría de las regiones terrestres”.