Este domingo 1 de junio, una poderosa tormenta solar (categoría G4) está impactando la Tierra, debido a una potente eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) que fue lanzada por una llamarada solar el viernes 30 de mayo.
Científicos advirtieron sobre los efectos adversos que este brote de energía podría tener sobre las tecnologías de telecomunicación.
«Una potente eyección de masa coronal (CME) surgió del Sol la noche del 30 de mayo. Se prevé que la CME llegue a la Tierra más tarde el domingo 1 de junio. La llegada de la CME probablemente provocará perturbaciones geomagnéticas inmediatas con potencial de niveles G3 (Fuerte) y una probabilidad de G4. Es probable que las condiciones se intensifiquen a medida que la CME avanza y los niveles G4 se vuelven más probables el lunes 2 de junio», advirtió la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
EFECTOS ADVERSOS PARA LAS TECNOLOGÍAS
Una tormenta solar de esta magnitud pueden generar diversos efectos. Aunque los expertos señalan que el campo magnético terrestre protege a la población de riesgos directos para la salud, estos eventos sí pueden afectar la infraestructura tecnológica.
Los más afectados pueden ser los sistemas de navegación, conocidos como GPS, que pueden experimentar errores temporales, afectando la geolocalización y operaciones aéreas o marítimas.
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Asimismo, las señales de radio de alta frecuencia y las comunicaciones satelitales podrían sufrir interrupciones, especialmente en latitudes altas.
Por otra parte, podrían presentarse problemas de control de voltaje e incluso interrupciones breves o más serias en las redes de distribución, como lo ocurrido en el «Evento Carrington» de 1859 que causó incendios en sistemas telegráficos.
La dependencia actual de la tecnología hace que un evento similar pudiera tener consecuencias económicas y operativas, sin precedentes.
ESPECTÁCULO CELESTE
A pesar de sus efectos adversos, las tormentas solares permiten que millones de personas presencien auroras, que solo se presentan comúnmente en los polos, donde es más débil el campo magnético de la tierra.
Asimismo, expertos consideran que la intensidad de esta tormenta, no sólo dejará auroras boreales en el hemisferio norte; sino que también van a poder verse auroras australes en el hemisferio sur y fuera de la Antártida, algo que no es tan frecuente.
