Un objeto misterioso que se encuentra a 4.000 años luz de nuestro planeta tiene desconcertados a los científicos que realizaron el hallazgo, pues el mismo tiene un impulso giratorio considerado ‘imposible’, según las leyes de la física, y envía señales de radio repetidas a la Tierra cada 18 minutos.
De igual manera, aseguraron que no se parece en nada a algo que se haya visto anteriormente en el universo conocido.
Las observaciones muestran que libera un estallido gigante de energía tres veces por hora, y cuando fue descubierto por la astrofísica Natasha Hurley-Walker, la mujer «estalló en un sudor frío», pensando que podría haber sido un gran avance en la búsqueda de inteligencia y vida extraterrestre, según reseñó la revista News Science and Nature.
La científica y su equipo del Centro Internacional para la Investigación de Radioastronomía (Icrar, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Curtin estaban mapeando las ondas de radio en el universo cuando se encontraron con el objeto estelar.
La Dra. Hurley-Walker dijo que mientras analizaba los datos, inicialmente se sintió decepcionada por los resultados que pensó que eran solo interferencias.
Pero en una observación realizada 18 minutos después, allí estaba la fuente nuevamente, exactamente en el mismo lugar y exactamente en la misma frecuencia, como nunca antes habían visto los astrónomos.
«En este punto comencé a sudar frío. Hay un esfuerzo de investigación mundial en busca de señales de radio cósmicas repetidas transmitidas en una sola frecuencia», indicó la astrofísica.
«Este objeto aparecía y desaparecía durante unas pocas horas durante nuestras observaciones», agregó.
En este sentido, aseguró que el objeto está «bastante cerca de nosotros, a unos 4.000 años luz de distancia. Está en nuestro patio trasero galáctico».
POSIBLE ESTRELLA DE NEUTRONES
Los científicos creen que podría tratarse de una estrella de neutrones o una enana blanca (núcleos colapsados de estrellas). Esta podría estar envuelta en un campo magnético ultrapotente, también conocido como magnetar.
A medida que gira a través del cosmos, el objeto «espeluznante» envía un haz de radiación. Esto la convierte, durante un minuto de cada 20, en uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno.