Los chismes siempre se han considerado algo negativo y hasta algo que puede dañar la reputación de las personas. Sin embargo, el psicólogo social Robb Willer hizo un estudio sobre los rumores e hizo importantes descubrimientos.
Willer, investigador de la Universidad de California, apuntó que difundir chismes puede tener resultados positivos en las personas. En tal sentido, aclaró que podría controlar el mal comportamiento, prevenir la explotación y hasta reducir el estrés.
«Los chismes tienen mala reputación, pero estamos encontrando evidencia de que juegan un papel crítico en el mantenimiento del orden social», indicó Willer, coautor del estudio junto a Dacher Keltner, Matthew Feinberg y Jennifer Stellar.
Los investigadores apuntaron que los chismes también pueden ser terapéuticos. Los voluntarios del estudio evidenciaron que su frecuencia cardiaca aumentó cuando alguien actuaba mal, pero se moderó cuando le transmitían esa información a otras personas.
«Difundir información sobre la persona a la que habían visto comportarse mal tendía a hacer que la gente se sintiera mejor, acallando la frustración que impulsaba sus chismes», añadió Willer.
«LOS CHISMES AYUDAN»
Los voluntarios llegaron a sacrificar dinero para enviar una «nota de chismes» para alertar a otros que estaban a punto de jugar con tramposos. Por tanto, el estudio consideró que las personas no deben sentirse culpables por revelar información negativa de los demás.
«No deberíamos sentirnos culpables por chismorrear si el chisme ayuda a evitar que se aprovechen de otros», expuso el psicólogo social Matthew Feinberg, quien sostuvo que los chismes son «prosociales».
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El estudio se centró en los chismes que «tienen la función de advertir a otros sobre personas poco fiables o deshonestas». Por tanto, los expertos aclararon que no evaluaron rumores sobre celebridades o diarios de tabloides.