Por la Dra. Carmen Mantellini
Una pregunta frecuente que lamentablemente muchas pacientes dejan de hacerse ante el primer diagnóstico de miomatosis uterina, y que con el pasar del tiempo la respuesta puede ser solo una. ¿Por qué? Porque la respuesta dependerá del número y tamaño de los miomas, su localización dentro del útero y también sobre el deseo de tener hijos.
Cuando la miomatosis es incipiente, esto es, cuando la paciente presenta miomas de pequeño tamaño, menores a 5 cm, la opción suele ser más sencilla de aplicar y realizar.
Cuando por ejemplo los miomas afectan en su totalidad o parcialmente al endometrio, que es la capa más interna del útero, y que expulsamos con la menstruación, en aquellas pacientes con ciclos, la cirugía recomendada es por vía vaginal, que no deja cicatrices en el abdomen y su recuperación es prácticamente inmediata.
Hablamos aquí de la miomectomía por histeroscopia, un procedimiento mínimamente invasivo, en el cual, cortamos y extraemos los miomas submucosos (esos miomas en contacto con el endometrio) y dejamos a la cavidad endometrial limpia e indemne. En la medida que los miomas sean de menor tamaño, es más probable que logren extraerse en su totalidad y no queden remanentes en el espesor del cuerpo uterino.
¿Pero qué pasa cuando postergamos su tratamiento? Los miomas aumentan de número y tamaño, lo que hace más compleja su extracción y que en algunas ocasiones requiere además una cirugía con abordaje abdominal, bien sea por laparotomía o por laparoscopia.
Adicionalmente, en la medida que aumentan de tamaño y número, también lo hace la probabilidad de que los síntomas sean más severos, afectando la calidad de vida de las pacientes. El más frecuente es el sangrado genital irregular, bien sea por menstruaciones más abundantes y/o duraderas, o que puedan presentarse sangrados genitales fuera del ciclo, y que se acompañan de una mayor probabilidad de desarrollar anemia, secundaria a estos sangrados.
Suele ser una paciente que se acostumbra a la debilidad, a las palpitaciones, al cansancio frecuente, que no se ha dado cuenta de la severidad del sangrado y de la anemia que produce.
En los casos más sintomáticos, la miomectomía no siempre es una opción, pero ciertamente dependerá de la localización, número y tamaño de los miomas.
La invitación es a acudir a consulta ante cualquier sangrado anormal y a conversar las opciones de tratamiento en base al diagnóstico, a tus necesidades y deseos, esto es, si quieres tener hijos, si eres candidata a tratamiento médico y conservador a largo plazo, entre otras.
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