Desde abril del año 2022, el cómite de expertos de la Organización Mundial de la Salud sugería que la aplicación de una o máximo dos dosis de vacuna contra el Virus de Papiloma Humano o VPH sería suficiente para lograr la reducción del riesgo de tener cáncer de cuello uterino en mujeres, la meta primordial en el desarrollo de esta vacuna y que forma parte del programa de eliminación del cáncer de cuello uterino para el año 2030.
El pasado diciembre de 2022, la Organización Mundial de la Salud concluye que esta recomendación sea la vigente, reduciendo no sólo el impacto económico en los gobiernos que aplican esta vacuna, sino también la posibilidad de abarcar a mayor número de personas.
En Venezuela, que aún no contamos con esta vacuna en el programa nacional de vacunación, significa una reducción económica importante para las familias que deben pagar por su aplicación.
Como vemos en todos los estudios en los que se mide el impacto de la vacunación en los nuevos casos de lesiones premalignas de alto grado o cáncer de cuello uterino, la vacunación de las niñas y adolescentes antes de su primer contacto sexual, se acompaña de la mejor incidencia en la reducción de los casos, sin embargo, sabemos que a pesar de que se haya iniciado vida sexual, la población vacunada tiene aún mucho menor riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, como así ha sido reportado en países con vacunación regular desde hace al menos 15 años.
El nuevo esquema para mujeres es el siguiente:
- Un esquema de una o dos dosis para las niñas de 9 a 14 años
- Un esquema de una o dos dosis para las niñas y las mujeres de 15 a 20 años
- Dos dosis con un intervalo de 6 meses para las mujeres mayores de 21 años
El documento de posición de la Organización Mundial par ala Salud subraya la importancia de vacunar, con carácter prioritario, a las personas inmunodeprimidas, o a aquellas con VIH. Las personas inmunodeprimidas deben recibir al menos dos dosis y cuando sea posible, tres.
El objetivo principal de la vacunación son las niñas de 9 a 14 años, antes del inicio de la actividad sexual. Se recomienda la vacunación de objetivos secundarios, como los niños y las mujeres mayores, siempre que sea factible y asequible.
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