Por María Laura García
Los seres humanos, con nuestra forma de pensar y actuar, es decir, gracias a la manera cómo decidimos asumir mentalmente y en la práctica las situaciones retadoras que nos impone la vida, sobre todo en un país como el nuestro, puede hacer nuestra vida más o menos amable.
Por decirlo de una manera simple, aquel que intenta sonreír la mayor parte del tiempo, estoy convencida que seguramente tendrá mejores días y mejores relaciones con su entorno, que aquellos que deciden ir quejándose, mal encarados o los que los que viven rumiando y en lo negativo.
¿A mal tiempo buena cara?
No quiero que suene a libro de autoayuda … pero s nos limitándonos a la ciencia, las energías se atraen o repelen.
Amigos, nosotros creamos nuestra realidad ¿Cómo? De muchas maneras. Se que la vida es muy difícil, que no siempre sale todo bien, pero tú decides si te quedas en el piso llorando, o te levantas, te secas las lágrimas y te pones a caminar en otra dirección a ver qué sale en el camino y si así te dejas sorprender por la magia que le regala la existencia, a aquellos que no se resignan.
Cada pensamiento que tenemos es una proyección de energía y tiene la capacidad de crear un resultado y, mucho más si lo tienes en tu cabeza, una y otra vez más trabajas en materializarlo.
Para mí, sin duda, pues lo he sentido diariamente y, según los entendidos, todo en el universo es energía. ¿Has notado que, los días que te levantas con la energía baja o de mal humor, pareciera que todo se complica o que el mundo está conspirando en contra tuyo, porque todo o casi todo te sale mal? ¿Te ha pasado por la cabeza que eres tú el responsable?
Yo lo veo como que uno va llenando todos los numeritos para ganarse el bingo donde el premio respeta la Ley de Murphy.
Muy simple, atraes la energía en la cual vibras, por tanto, si quieres un cambio, sé tú parte del cambio con acciones. De hecho, mi palabra favorita es “accionar”, en función de pensamientos y sentimientos positivos para convertirte en un “creador de cambios”. Mi lema es pensar y actuar, actuar, actuar, etc., hasta alcanzar lo que deseas.
Puede que ese que ese acontecimiento que te quitó la sonrisa, no sea solucionable en un día, pero tu puedes mejorar tu jornada y tu vibra con un buen pensamiento. ¿Por qué? Porque el mundo comienza en nuestra cabeza, más es tu vibra “un caldo de cultivo”.
La calidad de tus pensamientos y sentimientos determinarán tus logros, en consecuencia, no te llenes de rabia cuando leas las noticias o cuando no salga agua de la llave, enfócate en cómo hacer tu vida más sencilla ante tanto obstáculo.
Agradece constantemente para de esta manera mantenerte en una alta vibración. Igualmente regala cariño y palabras amables a los que te rodean, se muy detallista, esto cambia el ambiente para bien. Créemelo.
Evita rodearte de personas pesimistas para que no te contagien y si te tropiezas con uno de ello transmíteles tú, tu optimismo. También evita sentirte desesperado, respira profundo cuando sea así y trata de recordar momentos felices de tu vida.
Cuando estés enfrentando una circunstancia difícil, piensa que son solo retos que la vida te pone por delante, para poner a prueba tu confianza y fe. Descarga tu mente imaginando el asunto solucionado o viendo tu triunfo ante la adversidad.
En la medida que seamos más los que vivamos con un pensamiento positivo y buena actitud, más se contagiarán otros y esto, ayuda a crear una “masa crítica” que es lo que se necesita para el buen cambio. Te preguntarás que es masa crítica, averigua, porque es una teoría de la fisca muy interesante.
Los pensamientos alegres y amorosos tienen más poder de cambio que los pensamientos negativos. Por consiguiente, no te llenes de enojo o furia, en lugar de actuar desde la rabia, hazlo desde el amor, pensando que estás consiguiendo lo que deseas y además que eso será para tu bien.
Sigue las pautas que te dicte tu corazón y no dejes que el miedo se apodere de ti. Si le pides algo a la vida, hazlo con el agradecimiento que ya se está dando en tu realidad, para que tu vibración coincida con tu deseo, es decir, pide desde la certeza.
Elimina de tu vocabulario la palabra luchar, no la uses porque contiene la energía del esfuerzo y dificultad (Programación Neurolingüística), yo tengo la muy mala costumbre, que cuando me preguntan cómo estoy contesto: _ ¡“Aquí en la lucha”!, uuffff y cuánto me cuesta no expresarme así. En mi familia todos lo dicen.
Repítete mil veces, “Estoy actuando para lograr un cambio favorable, no luchando”.
Si estás atravesando por una situación o etapa complicada, considera que, no importa como es tu realidad, lo que cuenta es cómo respondes o reaccionas ante esa realidad, puesto que eso es lo que generara el cambio.
Cuidado con bajar tu vibración, si esto ocurre, vuelve a subirla inmediatamente apenas caigas en cuenta enfocándote en lo positivo.
Y, por último, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, no cambian la realidad inmediatamente, esto toma cierto tiempo, pero si eres constante, seguramente darás chancea que suceda lo mejor, aunque el resultado, a veces, no se parezca a lo que tenías en tu cabeza. De lo que, si estoy segura, y lo digo por experiencia propia, es que sea lo que sea lo agradecerás. Insisto ¡La vida es mágica!
Por ello, es importante que no pierdas de vista el “mundo mejor” que estás creando para ti y los tuyos.
Los cambios se suceden permanentemente, y nuestra realidad no escapa de esta verdad o máxima, pero lo cierto es que, siempre reflejará nuestro estado de consciencia individual.
Si quieres un entorno amable, tienes que serlo tú. Si quieres algo mejor, debes mejorar tú también. Revisa en ti qué es lo que debes cambiar para luego verlo reflejado en tu mundo. Por ello, asume tu responsabilidad y comienza a hacer los cambios para más temprano que tarde verlos reflejados en el exterior.
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