Pasajeros del vuelo 1282 de Alaska Airlines vivieron momentos de pánico la tarde este viernes después que un panel con una ventana se desprendiera del avión Boeing 737-9 Max, lo cual obligó a un aterrizaje de emergencia 20 minutos después de haber despegado del aeropuerto de Portland, Oregón, EEUU.
El terror en los cielos empezó cuando una fracción del fuselaje explotó a los minutos de emprender vuelo. Ello provocó que incluso la franela de un niño fuera succionada y saliera por el agujero, mientras el pequeño se aferraba a su madre.
Por fortuna el vuelo de Alaska Airlines, que incluso alcanzó los 16 mil pies de altura, pudo aterrizar con sus 171 viajeros y seis tripulantes sanos y salvos.
🇺🇸 | El 737 MAX 9 de Alaska Airlines realiza un aterrizaje de emergencia después de que la puerta de salida se separara en pleno vuelo.
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— Alerta News 24 (@AlertaNews24) January 6, 2024
EL RELATO DE LOS PASAJEROS
Después del aterrador momento Kyle Rinker, quien iba en la aeronave, describió un poco lo vivido. «Fue realmente abrupto. Cuando alcanzó altura la ventana/pared simplemente se desprendió», expresó a CNN.
«Se escuchó un fuerte golpe en la parte trasera izquierda. Se escuchó un silbido y todas las máscaras de oxígeno se desplegaron instantáneamente y todos se las pusieron», mencionó por su parte el pasajero Evan Smith.
Por su lado Emma Vu, también a bordo del avión, comentó que los pasajeros se consolaban mutuamente en pleno pánico.
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«La azafata también se acercó y me dijo que todo iba a estar bien. El hecho de que todos estuvieran un poco asustados y ella se tomara ese tiempo para hacerme sentir como si yo fuera la única pasajera, honestamente, fue muy dulce», puntualizó.
Para la mañana de este sábado, aún se desconocía qué parte del avión explotó, mientras la aerolínea suspendió temporalmente el vuelo del resto de su flota Boeing 737-9 Max.