Un informe preliminar publicado por las autoridades de Corea del Sur este lunes reveló que ambos motores del avión Boeing 737-800 de la aerolínea Jeju Air, que se estrelló el pasado 29 de diciembre en el Aeropuerto Internacional de Muan, contenían restos de ADN de cerceta del Baikal, un pato migratorio que frecuenta Corea del Sur durante el invierno.
El accidente, considerado el más letal en suelo surcoreano, dejó 179 víctimas fatales de las 181 personas a bordo, incluidos miembros de la tripulación. Solo dos sobrevivientes lograron escapar de la catástrofe.
El vuelo, que provenía de Bangkok, intentó realizar un aterrizaje de emergencia en Muan. No obstante, hasta el momento no han ofrecido detalles de la razón por la cual la aeronave no pudo desplegar el tren de aterrizaje al momento de hacer contacto con la pista.
Al no tener el tren de aterrizaje desplegado, el avión sobrepasó la pista y se estrelló contra un muro de concreto que contenía equipo de navegación, conocido como localizadores, provocando la dispersión del fuselaje entre 30 y 200 metros del punto de impacto.
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La emisora surcoreana MBC News ha publicado imágenes que podrían mostrar el impacto de un pájaro en el vuelo 2216 de Jeju Air, justo antes de su trágica caída.
⚠️ El saldo es devastador:… pic.twitter.com/UtQjcUhRrb
— Quesdilla de Verdades Youtube (@QuesaVerdadess) December 29, 2024
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Según el informe, los localizadores, diseñados para guiar a las aeronaves en su aproximación final, estaban instalados en una estructura de concreto reforzado que pudo haber contribuido al elevado número de víctimas.
“Ambos motores quedaron enterrados en el terraplén del accidente, y la parte frontal del fuselaje se diseminó en un amplio rango de la pista”, detalló el documento, que incluyó imágenes inéditas del lugar.
El informe preliminar señaló que los pilotos eran conscientes de la presencia de una bandada de aves durante la aproximación final. Aunque no han determinado el momento exacto del impacto, los registros confirman que los pilotos emitieron un llamado de emergencia con la frase “Mayday x 3”, reportando un golpe de aves durante un intento de frustrar el aterrizaje.
En el momento en que la grabadora de voz de la cabina dejó de funcionar, el avión volaba a una altitud de 152 metros y a una velocidad de 298 km/h, a unos 2 kilómetros de la pista.
SIGUE LA INVESTIGACIÓN
La Junta de Investigación de Accidentes de Aviación y Ferrocarriles de Corea del Sur (AIBN) inició una investigación exhaustiva que incluye el desensamblaje de los motores para analizar sus componentes, el examen de los datos de vuelo y el estudio del terraplén y los localizadores.
“Estas actividades buscan determinar con precisión las causas del accidente”, señaló el informe. El texto también lo compartió la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y los países involucrados, como Tailandia, Estados Unidos y Francia, relacionados con el fabricante del avión y de los motores.
El informe preliminar, según el reglamento de la OACI dentro de los primeros 30 días posteriores a un accidente, será seguido por un informe final en los próximos 12 meses.
La caja negra del avión dejó de grabar cuatro minutos antes del impacto, lo que ha complicado la reconstrucción precisa de los eventos. No obstante, las autoridades han enfatizado que los datos de la caja negra no son la única fuente de información y continúan analizando grabaciones de tráfico aéreo, videos del accidente y restos encontrados en el lugar.
En respuesta a la tragedia, Jeju Air anunció la reducción de operaciones desde Busan durante el primer trimestre del año para reforzar el mantenimiento de su flota, en medio del escrutinio público sobre las posibles fallas operativas y de seguridad que llevaron al accidente.