Las terroríficas imágenes de la prisión en Siria en la que encontraron más de 50 cadáveres, sería un «centro de tortura»

Angel David Quintero
Por Angel David Quintero 6 Min de Lectura
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Siria

En las últimas horas se han hecho virales las imágenes de la prisión Sednaya en Siria, conocida como «El Matadero», debido a que en su interior encontraron entre 40 y 50 cadáveres, muchos de los cuales tenían signos de tortura.

Tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad el pasado domingo, siguen saliendo a la luz las atrocidades que hacían.  Según Rami Abderrahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), «la mayoría de los cuerpos eran de ejecuciones recientes».

De acuerdo con Abderrahman, Sednaya simboliza décadas de represión, tortura y muerte bajo el régimen de Al-Assad. Los testimonios y videos registrados tras la apertura de la prisión muestran condiciones inhumanas, una constante que, según Amnistía Internacional, formaba parte de un sistema de violencia instaurado en este centro desde el inicio de la guerra civil siria en 2011.

A las afueras de la prisión se han concentrado cientos de familiares de presos políticos, con la esperanza de encontrar a sus seres queridos con vida. Las madres revisan documentos y preguntan a los demás prisioneros liberados en un esfuerzo desesperado por encontrar pistas sobre sus seres queridos.

Para muchos, esta es la primera oportunidad en años de obtener respuestas tras la desaparición de familiares durante el conflicto.

Una mezquita, ubicada a unos 20 kilómetros de la prisión, se ha convertido en un improvisado punto de encuentro. Allí antiguos detenidos se reencuentran con sus familias, quienes llevaban años creyendo que habían sido ejecutados. Sin embargo, para otros la búsqueda continúa por los oscuros pasillos del complejo, que aún guarda secretos en sus zonas subterráneas.

EQUIPOS DE RESCATE BUSCAN CELDAS OCULTAS

Los Cascos Blancos, junto con equipos especializados en Siria, trabajan intensamente para inspeccionar cada rincón de la prisión, incluidas áreas bloqueadas y supuestas entradas ocultas a celdas subterráneas. Aunque la Asociación de Detenidos y Desaparecidos de la Prisión de Sednaya (ADMSP) afirmó el lunes que ya no quedan detenidos, los equipos continúan investigando.

Un comunicado de los Cascos Blancos detalla el despliegue de especialistas en la apertura de muros y unidades caninas para localizar posibles accesos secretos. Mientras tanto, imágenes de circuito cerrado publicadas en redes sociales parecen corroborar la existencia de celdas aún inexploradas, lo que ha generado informes contradictorios sobre la situación en el lugar.

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Desde 2011, Sednaya fue sinónimo de terror. En su interior, miles de detenidos, muchos de ellos opositores políticos, enfrentaron torturas sistemáticas y ejecuciones masivas. Amnistía Internacional documentó entre 2011 y 2016 la ejecución de hasta 13.000 personas en este centro, y otros informes apuntan al uso de crematorios para deshacerse de los cuerpos.

La prisión estaba dividida en dos edificios principales: el «blanco», destinado a militares detenidos por delitos comunes, y el «rojo», reservado para civiles y militares acusados de actividades políticas o terrorismo. Los ahorcamientos masivos, llevados a cabo tras simulacros de juicio que duraban apenas minutos, eran una práctica habitual en el edificio rojo.

En este sentido, la ONU estima que más de 100.000 personas han desaparecido desde el inicio del conflicto, dejando a sus familias sumidas en la incertidumbre y el dolor.

Para los sobrevivientes y las familias de las víctimas, la búsqueda de justicia apenas comienza. Organismos internacionales y defensores de derechos humanos han pedido que los responsables de las atrocidades cometidas en Sednaya y otros centros de detención sean llevados ante tribunales internacionales.

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