La justicia argentina condenó este viernes a dos personas por el fallido intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, expresidente (2007-2015) y exvicepresidente (2019-2023) de ese país.
El crimen ocurrió el 1 de septiembre de 2022, cuando Fernando Sabag Montiel apuntó a Fernández en el barrio Recoleta. Aunque presionó el gatillo en dos ocasiones, los disparos no se produjeron y la entonces vicepresidente sobrevivió.
A tres años del intento de asesinato, la justicia tomó una decisión. Fernando Sabag fue sentenciado a 10 años en prisión, mientras que su exnovia, llamada Brenda Uliarte, recibió una pena de 8 años por «partícipe necesaria del plan».

Por otra parte, los jueces Ignacio Fornari, Sabrina Namer y Adrián Grünberg absolvieron a Nicolás Carrizo. La justicia consideró que el joven, que llevaba tres años detenido, no tuvo ningún papel en el intento de asesinato y la Fiscalía retiró los cargos.
FUNDAMENTOS DE LA JUSTICIA
Los dos acusados fueron declarados culpables de tentativa de homicidio agravado por el empleo de un arma de fuego. Sin embargo, la justicia desestimó los agravantes de alevosía y violencia de género.
Los abogados defensores pidieron que Fernando Sabag fuera declarado inimputable por «trastorno psicótico», a la vez que exigieron suspender el proceso de Uliarte por incapacidad mental. La justicia desestimó ambas solicitudes.
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Cabe destacar que la fiscalía pidió condenas de 15 años para Sabag y 14 para Uliarte. Igualmente, el autor tendrá que pasar 14 años en prisión, puesto que la justicia lo condenó a 4 años por posesión y distribución de imágenes de abuso sexual infantil.
El juicio por el intento de magnicidio comenzó a finales de junio de 2024 y declararon ante la justicia 157 testigos. Tras un año de proceso, los fiscales concluyeron que el objetivo del atentado era «impedir que Fernández siga desarrollando su vida política».