Una joven de 14 años murió la tarde de este lunes a manos de su novio, de 18 años, en un crimen que ha conmocionado a toda Nápoles en Italia.
Ese día, Martina Carbonaro salió de su casa con la intención de comer un helado con una amiga. A las 8:30 de la noche, realizó su última llamada a su madre. “Regresaré pronto”, dijo. Esta sería la última vez que su madre escuchó su voz.
La Policía local, los Carabinieri, la Fiscalía de Nápoles Norte y la Prefectura iniciaron una intensa búsqueda luego de que no regresó a su casa. Pero la esperanza se extinguió el miércoles, cuando encontraron su cadáver oculto en un armario, en un departamento en ruinas cerca del estadio Moccia.
Las primeras investigaciones revelaron que Martina fue asesinada con una piedra. Los investigadores no tardaron en empezar a sospechar de su exnovio, Alessio Tucci, de 18 años. Ambos tuvieron una relación que había durado dos años, sus actitudes posesivas y los celos excesivos eran conocidos en el entorno de la joven.
Algunas de sus compañeras aseguraron que en más de una ocasión Tucci la había agredido físicamente. En sus redes sociales, escribía frases como: “Eres demasiado linda, no quiero que te vean los chicos”.
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La noche del crimen, cámaras de seguridad captaron a Martina caminando con Tucci hacia un edificio abandonado que solían frecuentar durante su relación. Allí, según la reconstrucción policial, el joven le pidió hablar. Cuando ella rechazó un abrazo, él la atacó. “Le golpeó la cabeza varias veces con una piedra”, indica el informe preliminar. Luego escondió el cuerpo, regresó a su casa y fingió normalidad. Incluso participó en la búsqueda junto a la familia de la víctima.
Finalmente, confrontado con pruebas irrefutables, Tucci confesó: “La maté porque me había dejado”.
Martina quería ser carabinera o chef, según contaron sus amigas y profesores. “No era una adolescente que se ausentara sin avisar”, señalaron sus conocidos. Por eso, su desaparición encendió las alarmas desde el primer momento.
La Fiscalía emitió una orden de arresto por homicidio voluntario y su abogado solicitó el traslado del joven por temor a represalias en la prisión de Poggioreale.
Enza Cossentino, madre de Martina, reveló que la familia del agresor había advertido días antes sobre posibles riesgos para Martina. A pesar de esto, la joven accedió a verse con él sin contarle a su madre, quien ahora pide “pena perpetua para el responsable”.
La primera ministra Giorgia Meloni expresó su conmoción por lo ocurrido. “La violencia ciega y posesiva no puede ser ignorada ni normalizada. Debemos hacer más, por Martina, por todas”.