Un tribunal de Utah en Colorado, EEUU, condenó a 60 años de prisión a Ruby Franke, una popular influencer de ese país, luego de ser hallada culpable de abusar física y emocionalmente de sus seis hijos, pese a que en redes sociales daba consejos de crianza.
La causa contra Franke inició en agosto de 2023 después que uno de los niños lograra escapar de su casa por una ventana. Luego, pidió ayuda a un vecino para que llamara a la policía, lo que condujo a su arresto.
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Eric Clarke, fiscal del estado de Colorado, describió que la mujer criaba a los infantes en un ambiente similar a un «campo de concentración».
LA VERSIÓN DE LA INFLUENCER
Antes de que le dictaran la condena, Franke agradeció a la policía, médicos y trabajadores sociales por ser los «ángeles» que salvaron a sus hijos. En su relato, ella actuó de tal manera por influencia de su socia comercial, Jodi Hildebrandt. En consecuencia, acabó pidiendo perdón a los niños.
Hildebrant, por su parte, también recibió una sentencia de 60 años de prisión.
Las dos mujeres, que se declararon culpables, fueron condenadas a cumplir cuatro penas de 1 a 15 años de prisión cada una. Sin embargo, según la ley de Utah, la sentencia máxima agregada por períodos consecutivos es de 30 años.
La influencer y su socia trataban de convencer a los dos hijos más pequeños de Franke de que eran «malvados». Les decían que estaban «poseídos» y necesitaban un castigo.
LAS TORTURAS QUE RECIBÍAN
En su acuerdo de culpabilidad, Franke admitió haber pateado a su hijo mientras usaba botas. También le hundía la cabeza bajo el agua y le tapaba la boca y nariz con sus manos.
Tanto la influencer como Hildebrant admitieron también que los obligaron a realizar trabajos físicos en pleno calor de verano. Al mismo tiempo, le daban poca comida y agua, causándoles deshidratación y quemaduras, reseñó Todo Noticias.
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Hildebrandt narró que incluso forzó a la hija menor de su socia, de 9 años en ese entonces, a que saltara en un cactus espinoso varias veces. También que corriera descalza por tierra hasta que le salieran ampollas en sus pies.
Tras todo esto, los seis niños quedaron bajo custodia estatal.
