Mariela Azarpira fue emocionada a comprar el anuario escolar de una escuela técnica de Las Vegas. Sin embargo, la sorpresa apareció cuando su hijo con autismo y otros 10 estudiantes con discapacidades de aprendizaje fueron excluidos del libro.
“Ni siquiera los menciona. Es como si no existieran”, dijo Mariela al canal local 8 News Now. “Es como que para ellos no importaba, no era importante reconocerlos”, expuso la mujer, quien asegura que no están en ninguna parte del anuario.
Samir Azarpir, de 22 años, está cursando el último año del Northwest Career and Technical Academy (NCTA). Mariela y el resto de su familia estaban ansiosos de ver su nombre en el anuario, pero no apareció en ninguna de sus 186 páginas.
“Se metieron con la mamá osa equivocada”, aseguró Mariela, quien llegó el caso hasta los medios de comunicación de Nevada. Ahora, exigió a las autoridades escolares que tomaran medidas para evitar que estos casos se repitan.
MARIELA: “ELLOS IMPORTAN”
Samir sufrió hidrocefalia al nacer y poco después lo diagnosticaron con trastorno del espectro autista. Consiguió graduarse de la secundaria en 2019 en Los Ángeles, California, gracias a un plan de estudios adaptado.
Samir, Mariela y el resto de su familia se mudaron a Las Vegas en 2021. De inmediato ingresó en la escuela técnica para una capacitación del Programa de Enfoque para el Empleo Profesional (PACE).
Las autoridades distritales se pronunciaron y aclararon que en el anuario se suele incluir a los estudiantes de noveno a duodécimo grado. En tal sentido, los jóvenes del PACE no suelen formar parte del libro.
“La escuela está revisando el diseño del anuario para los próximos años para considerar la incorporación de miembros de la comunidad escolar inscritos en programas de pre o posgrado en el campus”, expuso.
Sin embargo, la respuesta no agradó a Mariela, quien sostuvo que Samir y sus compañeros tenían un buen vínculo con el personal. Cree que les pudieron dedicar media página. “Necesitan ser incluidos. Ellos también importan”, sentenció.