Hace pocos días trascendió a la luz pública el delicado estado de salud en el que se encuentra el papa emérito Benedicto XVI. Ante esta situación, el Vaticano estaría preparando las ceremonias fúnebres del alemán.
El propio papa Francisco lo visitó recientemente y pidió una “oración especial” por la salud de su antecesor.
«Que el Señor lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final», solicitó el Santo Padre durante la audiencia general este miércoles.
Al final de la audiencia general de hoy, el #PapaFrancisco pidió a los fieles una "oración especial" por su predecesor, el Papa emérito #BenedictoXVI: "Que el Señor lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final". Escuche las palabras de Santo Padre 👇 pic.twitter.com/w5hCoh7OOk
— Vatican News (@vaticannews_es) December 28, 2022
Los actos fúnebres de Benedicto XVI serán inusuales, ya que el ex Sumo Pontífice de 95 años renunció al papado de manera insólita, por lo que la ceremonia tendría algunos cambios.
La Santa Sede aún no ha publicado de manera oficial cómo sería la ceremonia en caso de que Joseph Ratzinger llegase a morir, ya que los rituales están establecidos para la muerte de un papa.
Sin embargo, se espera que Benedicto XVI reciba un trato similar en cuanto a los rituales. La principal diferencia sería que no realizarán la ceremonia para elegir a un nuevo pontífice.
ASÍ SERÍA EL PROTOCOLO EN CASO QUE MUERA EL PAPA EMÉRITO
Cuando confirmen la muerte de Benedicto XVI, su funeral será parecido al de 2005 cuando murió el entonces papa Juan Pablo II.
Durante un periodo de luto oficial, se desarrollarán hechos importantes dentro de la Iglesia Católica. El cuerpo de Benedicto XVI sería trasladado a la Basílica de San Pedro para que los feligreses puedan despedirse, durante el primer y segundo día.
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Posteriormente, revelarán el testamento así como sus últimas voluntades para ratificar de qué manera quiere que sea su sepultura.
En el funeral de Estado asistirían las delegaciones oficiales de todo el mundo, para sellar el histórico momento en el que un papa en funciones sepulte a uno emérito.