El insólito caso de la adolescente china que traicionó a su novio y lo vendió por $15.000 en frontera de Tailandia y Myanmar

Kimberly Montilla
3 Min de Lectura
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Lo que pretendía ser un viaje de vacaciones en pareja terminó siendo una pesadilla cuando una adolescente china de tan solo 17 años traicionó a su novio y lo vendió como esclavo en la frontera entre Tailandia y Myanmar.

De acuerdo con distintos medios, la transacción se realizó a cambio de unos 15.000 dólares y durante cuatro meses el joven, de 19 años, permaneció en manos de un grupo criminal que lo obligó a trabajar en condiciones de explotación.

El joven, oriundo de la ciudad de Zhanjiang en la provincia china de Guangdong, conoció o a su pareja en un billar. La chica que lo conquistó lucía ropa llamativa, bolsos de diseñador falsificados y aseguraba provenir de una familia con negocios en Myanmar.
Con el tiempo, la relación se consolidó y en febrero de 2025 el joven la invitó a viajar en secreto a Bangkok, capital de Tailandia. La ruta de ambos los llevó a las cercanías de la frontera entre Tailandia y Myanmar y ahí la chica entregó a su novio a un grupo armado.

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Los criminales raparon al joven y lo obligaron a trabajar entre 16 y 20 horas diarias. Además, recibía castigos físicos constantes cuando no cumplía con las cuotas exigidas. Durante los cuatro meses que estuvo en cautiverio, el joven perdió cerca de 10 kilos  y ahora presenta indicios de sordera a raíz de los golpes que recibió en la cabeza, según relataron sus allegados.
La familia del joven logró negociar con el grupo armado y reunió el dinero del rescate. Sin embargo, el proceso tomó semanas de conversaciones, hasta que finalmente se concretó su entrega, cuatro meses después del secuestro. Sin embargo, el maltrato físico y la jornada de explotación diaria marcaron de forma severa su salud mental.

¿QUÉ OCURRIÓ CON LA ADOLESCENTE CHINA?

La adolescente continuó su viaje en Tailandia, pero al regresar a China las autoridades la capturaron y actualmente enfrenta cargos relacionados con fraude, aunque no ha sido procesada por trata de personas debido a vacíos legales en la normativa.
El caso se suma a las denuncias que distintos organismos han hecho sobre redes criminales que operan en la región fronteriza entre Tailandia y Myanmar.
En esa zona, varios grupos han captado a personas jóvenes para utilizarlas en estafas digitales conocidas como scams, que buscan engañar a usuarios de internet mediante fraudes financieros, reseñó El Tiempo.
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