Gislayne Silva de Deus, una mujer de 34 años, protagoniza una increíble historia luego que tras el asesinato de su padre en 1999, cuando solo tenía nueve años, decidiera enlistarse en la policía para atrapar al homicida y, tras 25 años, logró tal extraordinaria gesta.
Todo comenzó la tarde del 16 de febrero de 1999. Ese día la víctima, de nombre Vicente, salió con un amigo a un bar en Boa Vista, Brasil. Según Gislayne, su padre debía unos 1.155 dólares al homicida. El sujeto, identificado como Raimundo Gomes, se fue armado con un revolver y tras una pelea, le disparó en el ombligo, lo que le provocó la muerte.
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«Después de su muerte, vi las dificultades que estaban pasando mi madre y mi madrastra. Pensé: ‘Si mi padre estuviera aquí, tal vez no pasaríamos por esto'», dijo una emocionada policía al medio O’ Globo.
Comenta que ella no se veía en la policía de niña. No obstante, tras el asesinato de su padre, su objetivo cambio. Este hecho marcó un punto de inflexión en ella y decidió que su plan ahora sería buscar justicia, no solo para su familia, sino también para otras personas.
«Quería enorgullecer a mi padre. Después de su muerte siempre busqué resolver el caso y que se detuviera al responsable. Me gradué en derecho y comencé como policía criminal en 2022. Ahora, en julio de 2024, me convertí en funcionaria de la Policía Civil de Roraima. Entonces pedí que me asignaran a la Comisaría de Homicidios, porque vi que hacían una diferencia en la vida de las personas. Quiero que otras familias que también perdieron a alguien tengan un resultado justo», narró.
EL DÍA DEL ARRESTO
La mañana del pasado miércoles 25 de septiembre, luego de 25 años huyendo, las autoridades detuvieron a Gomes en una finca de Boa Vista. Allí se escondía para escapar de la justicia.
Para materializar su arresto, se llevó a cabo un operativo con el apoyo del Departamento de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad de Roraima. La oficial responsable de arrestar al prófugo fue la misma Gislayne.
La Comisaría de Homicidios de Roraima también averiguaba otra situación en los últimos dos meses. Frente a ello, la Policía Civil pidió ayuda al departamento para dar con el asesino, sobre quien pesaba una orden de arresto emitida por tribunales. Cuando las investigaciones sobre su paradero avanzaron, finalmente las fuerzas policiales cumplieron con la orden judicial.
«Cuando mis compañeros me informaron que lo habían detenido, lloré mucho. Es el cierre de un ciclo. Siento una mezcla de sentimientos, que mezcla felicidad y paz. Fue sentenciado a 12 años de prisión, harán todo lo posible para reducirla, pero se hizo justicia. Mi familia quedó muy contenta con mi mensaje: ‘Ahora pueden estar tranquilos. El asesino de mi padre fue arrestado'», acotó.