La sociedad española está conmocionada por el caso de un niño venezolano de cuatro años, llamado Lucas, que fue encontrado sin signos vitales y con evidencias de abuso físico y sexual en una playa de la localidad de Garrucha.
El caso se remonta hasta el pasado miércoles, cuando el padre del niño presentó una denuncia ante las autoridades locales. Cerca de las 11:30 de la noche, encontraron su cadáver en la caseta de El Cargadero.
Las autoridades determinaron que los principales sospechosos del crimen son la madre del niño, Bárbara Ysmar, una joven de 21 años que tiene cinco meses de embarazo, y su pareja, Juan David Herrera.
Una vez trascendió el caso, los investigadores capturaron a ambos sospechosos. La Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia número 4 de Vera ordenó prisión sin fianza para el sujeto y la madre del niño.
MALTRATOS QUE SUFRIÓ EL NIÑO
El Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería realizó una autopsia del cuerpo y determinó que el niño sufrió de violencia física y sexual. Fuentes dijeron a Europa Press que el pequeño sufrió severos maltratos antes de fallecer.
De acuerdo a las investigaciones, el niño quedó al cuidado de Juan Herrera cuando su madre salió al kiosco. En ese breve periodo, lo golpeó «de forma reiterada en el abdomen y en otras partes del cuerpo», además de perpetrar actos sexuales.
Las autoridades determinaron que el niño sufrió un derrame intestinal que luego generó el fallecimiento. La autopsia señaló un shock hipovolémico, desgarro hepático y politraumatismo abdominal de etiología homicida.
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Un documento al que tuvo acceso RTVE dejó en evidencia que el sujeto «maltrataba y golpeaba» habitualmente al niño. Presuntamente, se aprovechaba de los momentos en los que estaba a solas con el pequeño para perpetrar sus atrocidades.
Aunque el autor material sería el padrastro, un audio dejó en evidencia de que la madre sabía de la muerte del niño. En el fondo se escuchaba el sonido de las olas del mar, de acuerdo a El Mundo.
El brutal crimen generó gran conmoción entre los seres queridos del niño, quienes exigen que se haga justicia. Asimismo, hay señalamientos contra las instituciones españolas por no identificar y evitar este caso de maltrato.

