El cierre del Gobierno de Estados Unidos entra en una fase crítica, sin señales de resolución inmediata, mientras se agravan las consecuencias para empleados públicos y servicios federales.
De acuerdo con lo manifestado este martes, 21 de octubre, por legisladores republicanos y demócratas, el proceso entra en una etapa más tensa, dado que los funcionarios públicos se enfrentan próximamente al primer impago de sus salarios debido a la incapacidad del Senado para resolver el bloqueo vigente.
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La tensión política se ha intensificado en el Senado, donde el líder de la mayoría republicana, John Thune, anunció una nueva votación para intentar desbloquear la situación. Sin embargo, no hay señales de que esta iniciativa tenga éxito, ya que las posturas entre ambos partidos siguen siendo irreconciliables.
Thune precisó que la Cámara Alta realizará un nuevo intento de poner fin a la paralización federal con otra votación este miércoles. En esa jornada, el cierre alcanzará su vigésimosegundo día. Esto lo convertiría en el segundo más prolongado en la historia de Estados Unidos. De hecho, superaría al registrado entre 1995 y 1996 durante la presidencia de Bill Clinton.
Asimismo, Thune afirmó que tanto el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como él están dispuestos a dialogar con senadores demócratas para superar el bloqueo. Se dirigió directamente al líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Vale recordar, que el principal punto de fricción sigue siendo la exigencia demócrata de incluir una extensión de los subsidios de Obamacare. Se trata de una medida que los republicanos rechazan porque, según ellos, beneficia a personas indocumentadas.

¿QUIÉNES SERÍAN LOS PRINCIPALES AFECTADOS EN ESTA FASE DELICADA?
El cierre del Gobierno estadounidense entra a su fase más crítica hacia el final de esta semana. Específicamente, porque este viernes está programado el pago de la nómina correspondiente al periodo del 5 al 18 de octubre para los funcionarios que continúan trabajando en labores esenciales.
Si el cierre persiste, estos empleados no recibirán su salario. Esta situación, aumentará sin dudas la presión sobre sectores clave, como los controladores aéreos, un grupo crítico dada la escasez de profesionales en esta área en EEUU.
De hecho, las ausencias por enfermedad de los controladores de tráfico aéreo fueron un factor determinante en el acuerdo que puso fin al anterior cierre. El mismo se registró entre diciembre de 2018 y enero de 2019 y ocurrió durante la primera administración de Trump, se convirtió en el más largo de la historia, con 35 días de duración.
Se calcula que más de 1.3 millones de empleados federales se ven afectados por la parálisis: muchos trabajan sin salario o han sido suspendidos.
Las consecuencias se extienden a servicios esenciales desde el control aéreo, la supervisión nuclear, hasta la atención médica en centros públicos. La incertidumbre también golpea a contratistas, beneficiarios de programas sociales y agencias estatales que dependen de fondos federales.