En medio de una intensificación de las operaciones antinarcóticos en el Caribe, el ejército de Estados Unidos ha desplegado en las últimas semanas buques de guerra y ejecutados varios ataques aéreos contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas. Sin embargo, los narcotraficantes trabajan intensamente para eludir los bombardeos.
De acuerdo con un amplio reportaje de The New York Times, uno de los incidentes más notorios –de que esa situación se está registrando– ocurrió el mes pasado, cuando una lancha rápida fue interceptada cerca de la costa sur de República Dominicana. El ataque dejó tres muertos y provocó que más de 375 paquetes de cocaína fueran arrojados al mar.
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Lo llamativo, es que decenas de los paquetes presentaban un envoltorio rojo con la palabra “MEN”, impresa en letras mayúsculas blancas y negras, según mostraron las fotografías difundidas por la agencia antidroga dominicana.
Se trataría de uno de los paquetes con mensajes codificados que mostraría cómo, a pesar de los esfuerzos militares estadounidenses, los narcotraficantes están demostrando y desarrolando una notable capacidad de adaptación.
Asimismo, según el mismo medio, los cárteles han comenzado a modificar sus rutas tradicionales, privilegiando el uso del Pacífico sobre el Caribe, que ahora está más vigilado.
También se ha incrementado el uso de vuelos clandestinos hacia islas del Caribe como San Vicente y las Granadinas, donde recientemente se encontraron cargamentos de droga en la costa.
Sobre esto último, en las últimas semanas, se han encontrado varios grandes cargamentos de cocaína en San Vicente y las Granadinas, algunos de ellos envueltos en lonas blancas que llevaban una lista de ingredientes vitamínicos y la etiqueta “Industria Colombiana”.

Estas maniobras evidencian una guerra de inteligencia y logística entre los traficantes y las fuerzas estadounidenses. Todo, en medio de las palabras del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que ya casi no se ven narcotraficantes en el Caribe.
En concreto, lo que se denuncia es el registro de una mayor sofisticación tecnológica. Los narcotraficantes emplean lanchas rápidas, embalajes codificados y rutas aéreas alternas para burlar los sistemas de vigilancia mayormente en el Caribe.
«CAMBIOS EN EL MODUS OPERANDI»
“Estamos observando cambios en el modus operandi”, dijo Patrae Rowe, jefe de la División de Investigación de Armas de Fuego y Narcóticos de la Policía de Jamaica.
“Se están utilizando medios más encubiertos para transportar la droga”, sostuvo, como ocultarla en envíos de alimentos.
De acuerdo con cifras manejadas por el medio, el precio de un kilo de cocaína en el Caribe ronda los 3.000 dólares.
Se señaló que los primeros indicios apuntan a que el incremento de la presencia militar ordenada por el gobierno de Trump en la región estaría elevando los precios, aunque los expertos «consultados» por el periódico estadounidense advirtieron que el impacto completo no se reflejará hasta dentro de varios meses.