La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, estaría reteniendo la aprobación de grandes empresas europeas petroleras para operar en Venezuela, con el fin de aumentar la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, pese a que Chevron sí cuenta con el permiso para ello, dijeron fuentes vinculadas con el asunto a la agencia Bloomberg.
La medida se centra en empresas no estadounidenses, lo que deja en el limbo a compañías como la española Repsol SA, la italiana Eni SpA y la francesa Maurel & Prom, según las fuentes.
Dicha situación resalta un acto de equilibrio en Washington, dado que los funcionarios sopesan consideraciones geopolíticas, financieras y energéticas contrapuestas. En julio, el Departamento del Tesoro otorgó a Chevron la aprobación para reanudar su producción y exportación de crudo venezolano.
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Trump ha adoptado una dura postura contra Maduro. Sin embargo, también ha tratado de mantener a raya los precios energéticos, incluso mientras ejerce presión a Irán para que finalice su programa nuclear y a Rusia para que ponga fin a la guerra en Ucrania.
A finales de julio, el Departamento del Tesoro impuso a Teherán sus sanciones más amplias en siete años.
LA POLÍTICA DE TRUMP
La política de Trump hacia el crudo venezolano ha variado abruptamente en meses que han transcurrido desde que el republicano retornó a la Casa Blanca. Asimismo, lo ha hecho con el secretario de Estado, Marco Rubio, abogando por aplicar una línea dura, mientras que el enviado especial, Richard Grenell, ha recomendado una estrategia que beneficie a los intereses empresariales de Washington.
El Departamento del Tesoro, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca se negaron a hacer comentarios a Bloomberg. Repsol, Eni y Maurel & Prom, por su parte, tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios.