Nueva York (EEUU) fue testigo de un nuevo tiroteo, este lunes 28 de julio, que dejó cuatro muertos y una ciudad en estado de shock con muchas preguntas y pocas respuestas. Sin embargo, las autoridades van revelando nuevos detalles sobre el tirador.
Lo que ya se sabe, es que el autor del tiroteo lo identificaron como Shane Devon Tamura, de 27 años, quien era un exjugador de fútbol americano.
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Como se informó ese día, este hombre irrumpió en un edificio corporativo con un rifle AR-15 y abrió fuego, dejando un rastro de muerte antes de quitarse la vida. Lo que parecía un ataque sin sentido pronto reveló una historia más compleja: una nota de suicidio, medicamentos antipsicóticos y una enfermedad cerebral degenerativa conocida como encefalopatía traumática crónica (CTE).
Tamura había viajado desde Las Vegas, donde trabajaba en un casino, hasta Nueva York en un carro comprado a su supervisor—el mismo que le vendió el arma utilizada en el crimen.
En su cartera llevaba una carta de tres páginas en la que culpaba a la NFL de ocultar los riesgos del fútbol americano, acusándola de priorizar ganancias sobre la salud de sus jugadores.
En su apartamento, la policía encontró medicamentos para la psicosis, epilepsia y otros trastornos, lo que confirma sus antecedentes de salud mental documentados.
El objetivo original de Tamura era la sede de la NFL, pero un error de ascensor lo llevó a otra oficina, donde asesinó a tres personas en la recepción, incluido el oficial de policía Didarul Islam, antes de subir al piso 33 y matar a una cuarta víctima.
Las otras víctimas fueron Wesley LePatner, ejecutiva de BlackStone; Aland Etienne, guardia de seguridad; y Julia Hyman, empleada de Rudin Management.
La nota de suicidio reveló una mezcla de dolor personal y denuncia institucional. “Cuando miro a tus ojos y a los de papá, todo lo que veo es decepción. Te quiero mamá. Lo siento”, escribió a sus padres Tamura en su despedida.
También pidió que su cerebro fuera estudiado para investigar el CTE. Como se señaló, anteriormente, se trata de una condición que ha sido vinculada a comportamientos violentos en otros exjugadores de fútbol americano.
