Un estremecedor giro sacudió el sistema penitenciario de Florida (EEUU), cuando Matthew Caylor, un recluso de 50 años condenado a muerte por el asesinato de una niña de 13 años, fue hallado sin vida en su celda.
De acuerdo con la información reseñada por New York Post, las autoridades confirmaron su suicidio, aunque no han revelado la forma en que se quitó la vida.
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Caylor estaba en prisión tras ser sentenciado por la violación y asesinato de Melinda Hinson, una niña de 13 años, en un motel de Panamá City en 2008.
El crimen que llevó a Caylor al corredor de la muerte fue brutal y profundamente perturbador. Mientras vivía en un motel, la joven Hinson pasó por su habitación para pedir un cigarrillo.
En ese momento, Caylor la atacó, violó y posteriormente la estranguló con el cable de un teléfono. Ocultó el cuerpo entre el colchón y el marco de la cama, donde fue descubierto dos días después por el personal de limpieza.
En su confesión, Caylor expresó que si iba a enfrentar consecuencias por tener a la menor en su habitación, “más valía que tuviera sexo con ella”, una declaración que horrorizó a las autoridades judiciales.
Antes de su muerte, Caylor había intentado evitar la ejecución mediante múltiples apelaciones, todas rechazadas por los tribunales.

HISTORIAL CRIMINAL
Su historial criminal incluía también la violación de otra menor de 14 años en Georgia. De hecho, se encontraba prófugo al momento de cometer el asesinato en Florida.
El fiscal estatal Larry Basford se pronunció tras el suicidio, calificando a Caylor como un “depredador sexual” y señalando que su decisión de quitarse la vida fue, en sus palabras, un “favor” para los contribuyentes del estado, al evitar los costos de una ejecución.
“Matthew Caylor era un depredador sexual que violó su libertad condicional en Georgia y vino aquí para una última juerga en el condado de Bay. Tras un juicio y numerosas apelaciones, sabía que se enfrentaba al mismo destino inevitable que Kayle Bates. Al suicidarse, les ahorró mucho dinero a los contribuyentes de Florida”, apuntó Basford.
Sin embargo, este trágico desenlace deja una profunda herida en la comunidad de Panamá City. También en la familia de Melinda Hinson, quienes durante años esperaron justicia.
Aunque la ejecución no se llevó a cabo, para muchos el caso de Matthew Caylor quedará marcado como uno de los más oscuros en la historia criminal del estado.