Miami se ha consolidado como una de las ciudades más caras del sureste de Estados Unidos, según un estudio de Upgraded Points, basado en datos del Economic Policy Institute, que señala que el costo de vida en esta urbe supera ampliamente el promedio nacional y el de la mayoría de las áreas metropolitanas del país.
La ciudad, conocida por su atractivo turístico y multiculturalidad, enfrenta un desafío creciente: el desajuste entre los ingresos de sus residentes y los gastos necesarios para mantener un estilo de vida considerado “cómodo”.
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El análisis parte de la regla presupuestaria 50/30/20, que recomienda destinar el 50 % de los ingresos a necesidades básicas, el 30 % a deseos y el 20 % al ahorro.
Bajo este esquema, el ingreso mínimo de 118.000 dólares permite cubrir vivienda, alimentación, transporte y servicios sin comprometer la estabilidad financiera.
Sin embargo, el salario promedio en Miami apenas alcanza los 43.000 dólares, lo que evidencia una brecha significativa entre lo que se gana y necesita para vivir sin dificultades.

¿CUÁL ES EL ESCENARIO PARA SOLTEROS O CON HIJOS?
De acuerdo con este cálculo, en 2025 un adulto soltero en Estados Unidos necesita ingresos anuales de 106.745 dólares para sostener un estilo de vida considerado cómodo.
Si se trata de dos adultos sin hijos, la cifra se eleva a USD 138.643.
La ecuación cambia drásticamente cuando entran los hijos en escena: una pareja con un hijo debe contar con USD 194.038, con dos hijos el monto sube a USD 233.158, y con tres hijos alcanza los USD 278.252, según el estudio de Upgraded Points.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DEL ALTO COSTO DE VIDA?
De acuerdo con el mismo informe de Upgraded Points, la persistencia de la inflación y el encarecimiento de productos básicos han disparado el costo de vida en Estados Unidos.
Es por ello, que el estudio advierte que rubros como vivienda, alimentación, transporte, cuidado infantil e impuestos han registrado incrementos constantes. Con mayor impacto, sobre todo, en las grandes urbes.
A este panorama se suma la acelerada incorporación de la inteligencia artificial en el mercado laboral, un factor que introduce nuevas incertidumbres y amenaza la estabilidad de sectores históricamente seguros, generando presión adicional sobre los ingresos de las clases media y media-alta.

