Leopoldo Alvizu, un joven venezolano de 26 años con ciudadanía italiana, vivió una experiencia marcada por la incertidumbre y el desgaste emocional durante su paso por el sistema migratorio estadounidense.
Tras afirmar que ingresó legalmente a Estados Unidos en 2022 y presentar una solicitud de asilo como venezolano, fue detenido en junio de este mismo año luego de un accidente de tránsito menor en Georgia.
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A pesar de contar con documentos en regla, según una nota de Univisión, las autoridades migratorias lo consideraron inadmisible por estar en proceso de asilo y trasladaron al Centro de Detención de Stewart, donde permaneció casi medio año bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Durante su estancia en Stewart, Alvizu enfrentó un proceso supuestamente plagado de demoras y falta de respuestas. Sin abogado que lo representara y con más de 35 solicitudes sin atender en el sistema interno del centro, su caso quedó estancado.
Su madre, residente en España, intentó reunir fondos para contratar asistencia legal mediante una campaña en GoFundMe, pero no logró cubrir los costos. Ante la ausencia de avances, el joven solicitó formalmente su deportación hacia Italia, país del que también es ciudadano, aunque el trámite tardó meses en concretarse.
“Yo no salté por la frontera. Hice todo mi proceso de manera legítima y legal”, aseguró en una entrevista con el mencionado medio de comunicación.

LA SITUACIÓN DENTRO DEL CENTRO
El relato de Alvizu sobre su tiempo en detención refleja un ambiente «hostil y precario». Según sus palabras, fue testigo de golpes, palizas y hasta puñaladas dentro del centro, además de ver a personas convulsionar y desmayarse sin recibir atención adecuada.
«Vi golpes, palizas y puñaladas. Muchos casos de personas detenidas que se desmayaron, convulsionaron y casi mueren”, relató.
“Personas ancianas que están allá adentro que no tienen ni siquiera cómo comprar una sopa o cómo llamar a su familia”, agregó.
Sin embargo, en medio de esas condiciones, destacó la solidaridad entre los detenidos, quienes compartían lo poco que tenían para sobrellevar la difícil experiencia
¿CÓMO LOGRÓ SU DEPORTACIÓN A ITALIA?
La intervención del consulado italiano en Estados Unidos resultó decisiva, para que el proceso de deportación avanzara. Tras meses de espera, las gestiones diplomáticas permitieron que Alvizu fuera finalmente enviado a Europa.
Alvizu se encuentra actualmente en España junto a su madre y retomó sus planes de vida. Con la intención de continuar sus estudios de psicología, interrumpidos por la detención, aseguró que su objetivo es “seguir adelante, empezar de nuevo, continuar con mi carrera y no perder el rumbo de ayudar a mi familia”.

