El Departamento de Estado de EEUU actualizó su lista de destinos seguros en América Latina. Esta clasificación, dividida en cuatro niveles de alerta, también busca orientar a los viajeros sobre los riesgos que podrían enfrentar en el extranjero.
Aunque América Latina sigue siendo una región atractiva por su diversidad cultural y paisajes impresionantes, la mayoría de sus países no reciben una recomendación positiva por parte del gobierno estadounidense.
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Solo siete puntos del continente han sido clasificados como Nivel 1, es decir, lugares donde se puede viajar con precaución normal. Estos incluyen cuatro países: Argentina, El Salvador, Paraguay y Surinam; dos estados mexicanos: Campeche y Yucatán; y un territorio francés: Guayana Francesa.
También se destacan varias islas caribeñas como Aruba, Bonaire, Islas Caimán y Barbados. El caso de El Salvador ha llamado la atención, ya que pasó de ser considerado inseguro a recibir la “estrella de oro de los viajes”, según su presidente, Nayib Bukele.
En el Nivel 2 se encuentran países como Brasil, Chile, Perú, Costa Rica, República Dominicana y Uruguay, entre otros. Aquí se recomienda “mayor precaución” debido a riesgos como la criminalidad o disturbios sociales.
También figuran 17 estados mexicanos, incluyendo Ciudad de México, Oaxaca y Quintana Roo. Aunque no se desaconseja viajar, se sugiere estar alerta, evitar zonas conflictivas y seguir recomendaciones locales.
Los países en Nivel 3, como Colombia, Guatemala, Honduras y Nicaragua, son considerados de “serios riesgos de seguridad”, por lo que se aconseja reconsiderar el viaje.
VENEZUELA Y HAITÍ, LOS MÁS PELIGROSOS
En el Nivel 4, el más extremo, figuran Venezuela y Haití, donde el gobierno estadounidense advierte que no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos. En estos destinos, el riesgo de violencia, secuestros o colapso institucional es alto.
Aunque estas alertas ofrecen una guía útil, no son absolutas. Incluso dentro de países considerados seguros, hay regiones con focos de criminalidad, como Rosario en Argentina o Alto Paraná en Paraguay.
Los viajeros deben complementar esta información con fuentes locales, experiencias de otros turistas y medidas personales de seguridad. En definitiva, viajar por América Latina sigue siendo posible, pero exige planificación, conciencia y respeto por las realidades de cada destino.