Maximiliano Tabares Caro, de apenas seis años, murió en extrañas circunstancias en Antioquia, Colombia. Las investigaciones indican que el niño fue asesinado por una secta satánica, de la cual formaba parte su mamá y padrastro.
La madre del niño, Sandra Patricia Caro Pérez, denunció la desaparición de su hijo. No obstante, durante las averiguaciones, las autoridades comenzaron a sospechar de la mujer y ahora la Fiscalía la acusa de desaparición forzada y tortura.
El secretario de Seguridad y Justicia de Antioquia, Oswaldo Zapata, señaló que el caso se comenzó a esclarecer por la confesión de un integrante de la secta Los Carneros, quien denunció la supuesta participación de la familia de Tabares.
Supuestamente, el líder del grupo (quien también era su padrastro) aseguró que Maximiliano estaba poseído por un espíritu. Dijo que esa situación «bloqueaba la comunicación con seres del más allá que los llevarían a tesoros escondidos bajo la tierra«.
DIJERON QUE MAXIMILIANO TENÍA UN ESPÍRITU
El padrastro del niño aseguró que recibió un mensaje de “los dioses”, en el que le advirtieron que un espíritu en el cuerpo de Tabares no permitía encontrar el tesoro. Por tanto, decidieron asesinarlo en un ritual.
“El líder me citó para que en la noche de ese mismo 20 de septiembre fuera a la casa de Damaris (abuela de la víctima), que allí nos reuniríamos porque el espíritu le dijo que Maximiliano (Tabares) lo estaba obstaculizando”, señaló la fuente a la Fiscalía, según Semana de Colombia.
El hombre afirmó que abandonó la secta por los rituales que impuso el líder para llamar a los supuestos dioses. Por tanto, sufrió quemaduras en siete ocasiones con cuchillos al rojo vivo y en ocasiones le clavaron agujas en los testículos como muestra de sometimiento.
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Las autoridades avanzan en las investigaciones por el asesinato del pequeño y allanaron las viviendas de seis detenidos. En las residencias encontraron documentos satánicos y un muñeco vudú.
La madre de Maximiliano está tras las rejas por los cargos de desaparición forzada y tortura, al igual que el padrastro del niño. Por su parte, la abuela resultó detenida por complicidad, mientras que hay otras tres personas procesadas.