Un tribunal de Perú condenó a 2 años y 6 meses de prisión al bailarín húngaro Vajda Zoltan Attila por el delito de tocamientos indebidos en agravio de la conductora venezolana Korina Rivadeneira.
No obstante, al tratarse de una pena menor, será suspendida, por lo que no será ingresado a un penal.
El Juez del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Flagrancia de Lima aceptó el acuerdo de terminación anticipada e impuso 2 años y 6 meses de prisión suspendida por un periodo de prueba de un año sujeto a reglas de conducta.
LIBERTAD CONDICIONAL
El bailarín deberá cumplir con varias imposiciones dictadas por el juzgado que incluyen: no variar de domicilio sin autorización del Poder Judicial, no cometer nuevos delitos dolosos, pasar por control biométrico cada 60 días en el Consulado, y el pago de 10 mil soles de reparación civil a favor de Rivadeneira, que debía hacerse efectivo el mismo día de la sentencia.
“Bajo apercibimiento de, en caso de incumplimiento se revocará la suspensión de la pena por pena efectiva y se oficiará para su ubicación, captura e internamiento en el centro penitenciario que el INPE designe”, manifestó el juez.
#LoÚltimo. Unidad de Flagrancia de Lima condenó a dos años y 6 meses de prisión suspendida y al pago de una reparación civil de S/ 10 mil contra el ciudadano Attila Vajda Zoltan, por el delito contra la libertad sexual (tocamientos, actos de connotación sexual o actos… pic.twitter.com/P00VbsipIY
— Poder Judicial Perú (@Poder_Judicial_) July 24, 2025
Durante la audiencia, Vajda Zoltan Attila pidió el uso de la palabra para disculparse públicamente con Rivadeneira. Por medio de la traductora asignada al caso, expresó su arrepentimiento. “Lamenta mucho lo sucedido” y “reitera que no ha sido nada voluntario ni planeado”, indicó la traductora .
“Aprovecho esta oportunidad para personalmente pedir mil disculpas. Estoy profundamente arrepentido. Quisiera pedir disculpas en esta oportunidad a la agraviada”, añadió.
Según la Fiscalía, el sentenciado admitió haber “tocado donde no debía” y afirmó que lo ocurrido fue “una situación desafortunada” sin intención de agredir. Argumentó que el contacto ocurrió durante un espectáculo de circo, pero se mostró arrepentido por lo sucedido.
Durante el interrogatorio, las autoridades le preguntaron al bailarín si sabía que tocar partes íntimas sin consentimiento es un delito en el Perú, a lo que respondió que sí lo sabía, pero pensaba que “al tratarse de un espectáculo circense”, su acción no sería considerada un delito.
«NO PUEDO QUEDARME CALLADA»
La venezolana acudió a sus redes sociales tras conocer la sentencia. “Hoy fue la sentencia y aunque muchos pensarían que eso trae paz, no fue así para mí. Lo que sí puedo decir es que se hizo justicia”.
La actriz y conductora también compartió el impacto que recibió al leer mensajes de mujeres que habían vivido situaciones similares. “Mujeres que me contaron que vieron cosas parecidas. Algunas en sus trabajos, otras en sus propias casas, otras con personas muy cercanas. Muchas no pudieron hacer nada. No por falta de fuerza, sino por miedo, por desconocimiento o por sentir que nadie las iba a escuchar”.
“Esos mensajes me marcaron. Me di cuenta de que hay tantas heridas abiertas, tanto silencio guardado, tanto dolor sin nombre y por eso siento que no puedo quedarme callada”, añadió.
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Rivadeneira también narró los sentimientos encontrados que tuvo al enterarse de que el sentenciado tiene una hija de 9 años. “Desde ese momento no he podido sacarla de mi mente. Me da tristeza, me conmueve, pero también espero que esta situación sirva para que, algún día, esa niña entienda que ningún acto que te haga daño es normal y nadie tiene derecho a vulnerarte”.
De igual forma, se refirió al momento en el que el hombre se disculpó. “Durante la sentencia este hombre llora pidiéndome disculpas por lo que hizo y por como me hizo sentir. Es irónico porque en un inicio lo único que yo pedía era que se disculpen conmigo por lo que hicieron todos ellos. Verlo quebrado me hizo sentir profunda tristeza porque no puedo evitar pensar en él; estando en un país donde no hablan su lengua, enmarrocado con miedo de no ver a su hija, en quién sabe cuánto tiempo, pensando en el dinero que tiene que pagar y en lo solo que debe sentirse. Soy un ser humano y siento por lo general demasiado fuerte para mi agrado”.
A pesar de esa empatía, Rivadeneira reiteró su mensaje. “Sé perfectamente que esto le va a servir como lección para que jamás vuelva a actuar como un gorila pedante que hace lo que se le da la gana con una mujer, que a las personas se les respeta. Acepto las valientes palabras de disculpas con mucho agradecimiento”.