La cantante británica Adele compró recientemente la casa de Sylvester Stallone en Beverly Hills, un exclusivo sector de Los Ángeles. Sin embargo, primero hizo una inesperada condición que sorprendió al actor estadounidense.
En una entrevista con The Wall Street Journal, Stallone aseguró que Adele se enamoró de inmediato de la casa. Pero antes de darle el cheque por la mansión, hubo una situación sobre una estatua de Rocky Balboa.
El actor afirmó que, a pesar de tener en venta la casa, su plan era llevarse la estatua de su famoso personaje. El problema radicó en que Adele es fanática de la saga de Rocky y ese gran monumento era una de las principales razones para adquirir la vivienda.
“Entonces no hay trato. Eso va a echar por tierra todo el trato”, dijo Stallone en la entrevista. Al final, el actor nominado a los premios Óscar recapacitó y vendió la casa a Adele con la estatua de Rocky Balboa.
STALLONE: “ME GUSTA LO QUE ESTÁ HACIENDO”
Aunque fue una decisión difícil, Sylvester Stallone confesó que está muy feliz de haber vendido la casa a Adele. En tal sentido, aseguró que ha visto imágenes de las remodelaciones que la cantante ha hecho a la mansión.
“Me gusta lo que está haciendo, la está dejando preciosa”, dijo Sylvester Stallone sobre las remodelaciones de la casa.
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El medio Harper’s Bazaar apuntó que la casa de Sylvester Stallone tuvo un precio de 58 millones de dólares. Aparentemente, esta fue la suma que desembolsó Adele para convertirse en la propietaria de la mansión.
La casa está compuesta por ocho habitaciones, 11 baños, sala de proyecciones, sala de fumadores, garaje para ocho carros, piscina olímpica, spa, estudio de arte y muchas más instalaciones de lujo.
