Por María Laura García
Conversando con alguien este fin de semana sobre la moda de tildar a todos como narcisistas en las redes nos preguntábamos ¿Será que se ha pervertido un término clínico en la era del ciberespacio y la masificación o democratización total de los contenidos? Pues yo, sencillamente, creo que no hay filtros de ningún tipo.
De hecho, pienso que se trata de una descripción psicológica usada indiscriminadamente y que está haciendo mella en nuestra sociedad puesto que se emplea para describir toda una cultura del “individualismo” que se extrapola por el efecto del internet y, pasa a ser ciertamente, una característica de una sociedad llevada a exhibirse y mostrarse a diario, pues de lo contrario no se es nadie. Incluso se deriva de ese afán imperioso de “ser” en las redes o de ver o participar en éstas App pudiendo juzgar a los que se muestran lo que nos ha llevado paulatinamente a perder los rasgos propios de la empatía.
De hecho, para varios expertos que consulté, el narcisismo es un “término clínico” que ha hecho metástasis en nuestra sociedad al punto que pudiera servir para describir toda una cultura; y advierto que quizás, el universo de la autoayuda, ha promovido la expansión de este término clínico como etiqueta.
Pero antes de avanzar, deseo acotar que, los expertos también invitan a la cautela señalando que, en efecto el narcisismo como trastorno de la personalidad es una realidad y existe, pero una cosa es tener rasgos narcisistas que todos los podemos tener, y otra es que todos lo seamos a nivel patológico y tengamos que ser declarados insanos mentalmente.
Incluso, si es responsable, el experto que debe diagnosticar el narcisismo, lo hará de acuerdo a la corriente psicológica, autores y estudios que haya hecho, sumando además las características propias del paciente, con lo cual solo les advierto que es un tema muy complejo.
En serio amigos ¿estamos o no rodeados de narcisistas?
Según las estadísticas, el trastorno narcisista de la personalidad es más común en los hombres que en las mujeres y suele manifestarse en la adolescencia y va empeorando con los años, más afecta al 1% de la población general según se estima.
A mí me pasa, no sé si a ti: ¿Te preocupa mucho estar rodeado de gente falsa y vacía que trata de manipularte? ¿Crees que solo debes relacionarte con personas altamente humanas y empáticas?” Si respondes afirmativamente a estas interrogantes, puedes ser tan narcifóbico como yo y seguramente estás viendo narcisistas a diestra y siniestra. Pero cuidado y, este un llamado que te hago y me hago: tampoco podemos ir diagnosticando a todos como narcisos, ya que se trataría de un temor que, sin duda, distorsionará nuestra relación con los demás y nos deja plantados en el victimismo.
En el mundo de las redes, los coach y los gurús de la autoayuda, se califica como narcisismo, comportamientos que pudieran ser normales, porque todos pudiéramos tenerlos en algún momento de la vida, el tema es que los tengas siempre. Por ejemplo, los fuegos artificiales con los que el narcisista te hace sentir especial, para descartarte después de haberte usado de cualquier manera, al perder su interés. Luego pasará ese exceso de cariño a otra que necesite, pero igualmente los usará y desechará. Si esto es algo repetitivo, ok detente, pero pudiera ser ocasional, así como el hecho que la adulación sea un combustible permanente y no una necesidad de reconocimiento que todos esperamos de vez en cuando.
Como pareciera que vivimos en la angustia o predisposición de quién puede ser o no narcisista, les transcribo, la definición del manual de la Sociedad Americana de Psiquiatría (DSM5) que clasifica los trastornos mentales, y allí se dice del narcisista lo siguiente: es un individuo con “sentimientos de grandeza y prepotencia, absorto en sus fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza (…). Cree ser especial y único, y solo pueden comprenderle o solo puede relacionarse con personas especiales o de alto estatus. Tiene una necesidad excesiva de admiración y muestran un sentimiento de privilegio. Explota las relaciones interpersonales, es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines. Carece de empatía. Con frecuencia envidia a los demás o cree que estos sienten envidia de él. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes o de superioridad”.
A partir de este concepto no se puede etiquetar a nadie, pues solo un experto puede catalogar como tal a un individuo en el contexto de toda una psicopatología. Entiéndase que el adjetivo de narcisista no se puede usar como un “comodín” tal cual como se ha usado por años el término “tóxico”.
Es más, todos pudiéramos manifestar el narcisismo primario que nos regala nuestra madre cuando nos dice de pequeños que somos lo mejor de la familia. Esto nos da seguridad, un lugar en el mundo, y nos protege de ser realmente narcisista cuando adultos, es decir, ser ese sujeto que “parece” que va sobrado, pero que necesita constantemente del aplauso y la validación externa, o ser un ser sano cuya seguridad es genuina porque ha sido bien cultivada en la infancia y dejas espacio a los demás porque no tienes que estar en permanente “campaña publicitaria”.
Amigos, ahora bien ¿Estar constantemente vendiéndonos, mostrándonos o en “campaña publicitaria” no es acaso lo que nos pide la sociedad de redes actual? ¿No vivimos hablando de marca personal y formándonos en ello para ser maestros de la imagen? Entonces aquí privará el equilibrio, las características individuales, el cómo y para qué hace la venta la persona que se piensa que es narcisista. Por ello, quizás tengan razón los especialistas al afirmar que todos, gracias al capitalismo de nuestros tiempos, sufrimos de un narcisismo de bajo perfil o adaptativo, pero no quiere decir que todos seamos patológicos, y por ello, estamos obligados a conocer de este tema para no dejar de tener un comportamiento sano en este sentido.
Derivado de lo anterior a muchos expertos les gusta hablar más de relaciones narcisistas y que lo más útil que podemos sacar de esta “moda” es aprender a detectar patrones de abuso narcisista circunstanciales, es decir, mirar con lupa las dinámicas de nuestras relaciones.
Y concluyo, este punto diciéndoles que se vuelve tendencia todos aquellos problemas recurrentes que aquejan a esa sociedad en la que vivimos en un determinado momento.
¿Qué tipo de personas suelen ser los narcisistas? ¿Existen grados o niveles de este trastorno, cuando lo hay?
¿Qué hace que un narcisista desarrolle su trastorno? No haber recibido cariño, atención ni amor en la niñez lo que los lleva quizás a “madurar” de manera distinta o, aquellos casos en los cuales el pequeño recibe un reforzamiento exagerado, halagos desproporcionados, falta de normas o límites de parte de sus padres alcahuetas, que los hace adultos que no pueden vivir sin ser el centro de atención.
¿Has visto a padres que dejan hacer a sus hijos lo que les place siempre, o que le festejan el hacer daño a otros o los felicitan por hacer cosas por las cuales no merecen ser reconocidos y no les enseñan a aceptar sus errores? Bueno, precisamente esos son padres que queriendo o no, está formando narcisistas. Aunque también un narcisista puede surgir por imitación al seguir los pasos de los padres.
En cuanto a los tipos …
Hay un llamado narcisista «adaptativo” que se caracteriza por ser exhibicionista, egocéntrico y posee un marcado sentido de superioridad; y pareciera contradictorio el que requiera del reconocimiento permanente de otros para alimentar su ego, porque indiscutiblemente tiene una muy baja autoestima. Solo le interesa hablar de sí mismo y sus logros.
Mientras que existe un “narcisista maligno” o “tóxico», súper manipulador y nada empático con aquello que no es de su interés que es prácticamente todo. Muestra serios rasgos antisociales que lo hacen indistinguible del psicópata o del sociópata, solo que ejerce una manipulación inconsciente porque su realidad está un tanto disociada, es decir, es egocéntrico, muy celoso, se victimiza, no son congruentes sus dichos con sus actos, se suele mimetizar a las personas y las situaciones.
Para finalizar, les transcribo textualmente algo que leí, para seguir describiendo al narcisista:
“No expresa con claridad sus sentimientos, opiniones, necesidades o exigencias; y crea conflictos para manipular a su entorno. Miente, distorsiona y reinterpreta la realidad según su conveniencia. Rechaza las críticas, niega las evidencias y responsabiliza a terceros de sus fallas. Explota los sentimientos morales de los demás para satisfacer sus necesidades. Recurre a halagos, regalos y servicios para mejorar su imagen y, si nada de esto funciona, suele echar mano al chantaje o las amenazas.
Habitualmente dirigen la crítica a la persona que detecta su error. Por eso tienen dificultades para trabajar en equipo y para tener jefe”.
Si conoces a alguien así, aléjate lo más posible.
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