El impactante descubrimiento de la NASA que probaría que existió vida en Marte

Luis Alfredo Ledezma
3 Min de Lectura
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El rover Perseverance de la NASA identificó la roca Cheyava Falls en el cráter Jezero de Marte en 2024 / Archivo

El hallazgo de la NASA de una roca marciana con patrones y materiales inusuales ha reavivado el debate científico sobre la posibilidad de vida antigua en Marte. 

La formación, bautizada como Cheyava Falls, fue identificada por el rover Perseverance en 2024 en Marte dentro del cráter Jezero, un antiguo lago que hace 3.500 millones de años pudo haber albergado condiciones habitables.  

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Su superficie presenta diminutas marcas conocidas como “semillas de amapola” y manchas más grandes apodadas “manchas de leopardo”, ambas asociadas a concentraciones de material orgánico que han despertado un enorme interés en la comunidad astrobiológica. 

Los investigadores de la NASA explican que estas texturas no solo son visualmente llamativas, sino que también guardan similitudes con formaciones terrestres vinculadas a procesos biológicos, como depósitos generados por microbios en ambientes acuosos antiguos.  

¿HABÍA VIDA EN MARTE?  

Pese al hallazgo que pudiera apuntar que sí existió vida en Marte, la agencia espacial advierte que estas señales no constituyen una prueba definitiva.  

Señalaron que las marcas podrían haberse originado también por reacciones químicas inorgánicas. Especialmente, en un entorno tan extremo como el marciano, donde la radiación y oxidación alteran profundamente los minerales. 

Cheyava Falls contiene formaciones apodadas “semillas de amapola” y “manchas de leopardo” / Archivo

¿QUÉ MÁS TIENE LA ROCA? 

Lo cierto, es que en un análisis preliminar de Cheyava Falls, se reveló la presencia de compuestos como carbono orgánico, azufre y fósforo. Son elementos que en la Tierra suelen estar asociados a procesos biológicos.  

Además, la roca contiene olivino y otros minerales que pudieron reaccionar con agua líquida en el pasado, generando gradientes químicos capaces de sustentar microbios primitivos.  

Estas condiciones son similares a las que, en nuestro planeta, dieron origen a ecosistemas microbianos en antiguos lagos y fuentes hidrotermales. 

De esta manera, el descubrimiento de Cheyava Falls se convirtió en un punto de referencia esencial. Sobre todo, para comprender la evolución química y el posible pasado biológico de Marte. 

Para los científicos, el verdadero desafío comienza ahora. Es decir, desentrañar los enigmas que guarda esta roca singular. Se trata de una tarea que marca el inicio de una nueva fase en la exploración del planeta rojo y búsqueda de indicios de vida más allá de la Tierra. 

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