La reciente decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de cuadruplicar las importaciones de carne bovina desde Argentina desató una ola de indignación entre los ganaderos estadounidenses.
Como se informó oportunamente, el mandatario justificó la medida como parte de una estrategia para reducir los precios de la carne en los supermercados y aliviar la inflación alimentaria.
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Sin embargo, los productores locales consideran que esta política comercial representa una amenaza directa a su sustento y una «traición» a los principios de protección nacional que Trump había defendido anteriormente.
“Es una traición a los rancheros estadounidenses. Sentimos que nos ha vendido a un competidor extranjero. Que nos ha dejado atrás”, así lo expresó Christian Lovell, un ganadero de Illinois, a BBC Mundo.
¿QUÉ DIJO TRUMP SOBRE COMPRAR CARNE A ARGENTINA?
“Estamos trabajando en la carne de res, y creo que tenemos un acuerdo que reducirá el precio”, declaró Trump, sin dar más detalles.
Unos días después, volvió a referirse al tema en el avión presidencial. “Compraríamos carne de Argentina”, dijo. “Si lo hacemos, bajaremos los precios de la carne”, acotó.

¿QUÉ ESPERAR DEL ACUERDO ENTRE EEUU Y ARGENTINA?
El acuerdo comercial contempla elevar el cupo de importación libre de aranceles de 20.000 a 80.000 toneladas anuales, con un arancel del 10 % para el excedente.
Aunque la secretaria de Agricultura de los Estados Unidos, Brooke Rollins, intentó durante una entrevista concedida a CNBC calmar las aguas asegurando que “no será mucho”, los productores no se sienten tranquilos.
Sin dudas, la falta de consulta previa y rapidez del anuncio han generado desconfianza, especialmente en un contexto de recuperación pospandemia y reducción del rodeo nacional.
Durante la entrevista, Rollins explicó que el secretario de Salud, Robert Kennedy, impulsa una dieta más rica en proteínas, lo que “requiere aumentar la oferta de carne”.
“El presidente está en conversaciones con Argentina. Creo que escucharemos más sobre eso en los próximos días. Pero como parte de nuestras 12 millones de toneladas métricas de producción, no será mucho”, reiteró.
PRIMER OBSTÁCULO A LA VISTA
Rollins también encendió la polémica al afirmar que “Argentina enfrenta un problema de fiebre aftosa”. Además, señaló que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) debía garantizar la seguridad de la ganadería estadounidense.
Sobre esto, subrayó que “es un desafío». «Pero estamos en ello. Vamos a asegurarnos de que nuestra industria ganadera esté protegida. Este es un mercado muy matizado y complejo, y queremos asegurar un buen futuro para nuestros productores”, remarcó.



 
		 
		 
		